[1] Se trata de una educación completa e integradora, que busca despertar una devoción intrínseca por la vida y la pasión por el aprendizaje.
Los principios holísticos de interdependencia, diversidad, totalidad, flujo, cambio, unidad, sostenibilidad, etc. están en la base de este nuevo paradigma educativo, cuyo objetivo es la formación integral del ser humano, una formación que supera el paradigma Newtoniano-Cartesiano de la ciencia mecánica del siglo XVII y que hoy todavía sigue primando en los diferentes sistemas educativos.
[2] El paradigma holístico no se puede relacionar con creencias religiosas, dogmas ni rituales; como institución ideológica, dogmática y manipuladora —aunque puede incluir una visión histórica de las religiones y un estudio del diálogo interreligioso.
La educación holística toma a la ciencia como base y reconoce el mundo como una compleja red de relaciones entre las distintas partes de un todo global.
[4] Algunos teóricos, como Howard Gardner (1999), David Perkins[5] (1992), Grant P. Wiggins[6] y Jay McTighe[7] (1998) han subrayado la importancia vital del aprendizaje reflexivo y del establecimiento de conexiones dentro de lo que podríamos llamar una pedagogía de la comprensión';, es decir, que las personas que se educan puedan: