La escena transcurre en el Pretorio de Jerusalén (el centro de poder romano, dirigido por Poncio Pilato), a donde Jesucristo ha llegado por segunda y última vez, tras su paso por distintas instancias (Anás, Caifás y Herodes).
La Flagelación a manos de los romanos se menciona en tres de los cuatro Evangelios canónicos: Juan 19:1, Marcos 15:15, y Mateo 27:26, y era el preludio habitual a la crucifixión bajo la ley romana.
A diferencia de la flagelación, éstos no formaban parte del proceso judicial romano normal.
[6] La cohorte romana sestaba compuesta por unos 625 soldados, cuyo cuartel era la Torre Antonia, junto al Templo.
Los autores espirituales se han conmovido ante esta imagen de Cristo maltratado: «Mira cuál estaría aquel divino rostro: