Ocurre generalmente en plantas leñosas, incluidas especies de los géneros Betula, Dipterocarpus, Myrtus, Fagus, Salix, Pinus y Rosa.
Además, gracias a su capacidad para alterar los minerales (véase abajo), los hongos ectomicorrícicos permitieron la colonización de algunas rocas.
[8] La mayoría de ellos se distribuyen entre Pinaceae, Araucariaceae, Cupressaceae, Gnetaceae, Polygonaceae, Nyctaginaceae, Myrtaceae, Salicaceae, Fabaceae, y Malvales.
Las ectomicorrizas desempeñan varias funciones en la zona inmediata a las raíces, y por estas razones son esenciales en muchos ecosistemas.
Esto es posible gracias a la secreción de varias enzimas con objetivos específicos.
Se ha demostrado que los hongos ectomicorrízicos pueden disolver la roca para extraer los minerales y hacerlos accesibles a las raíces.
En los bosques, las hifas de los hongos ectomicorrízicos forman una red imponente que une varios árboles.
Varias especies de plantas que forman ectomicorrizas viven en suelos ácidos, terreno desfavorable para las raíces no micorrizadas.
[18] Estas moléculas tienen la capacidad de quelar algunos metales, entre ellos los tres mencionados anteriormente, es decir, el hierro, el aluminio[26][27][28] y manganeso.
[2][9] Esto es importante ya que el hierro y el manganeso son elementos esenciales para el crecimiento de las plantas.
[29] Las ectomicorrizas están presentes en todos los continentes,[30] principalmente en las zonas climáticas subárticas, templadas y mediterráneas.