[18] La datación cronológica de la creación en el 4004 a. C. era la más aceptada y popular, principalmente por haber sido incluida en la Biblia del rey Jacobo.
Harold Camping por ejemplo ha datado la creación en el 11013 a. C., mientras que Christian Karl Josias von Bunsen la ha datado en el 20000 a. C.[21] La hermenéutica de la Reforma protestante llevó a muchos reformistas, incluyendo a Juan Calvino,[22][23] Martín Lutero[24] y otros protestantes más tardíos, a una lectura literal de la Biblia, manteniendo esta visión de la Tierra joven.
La teoría imperante hasta ese momento era el catastrofismo, que sostenía que la Tierra había llegado a su estado actual mediante catástrofes, eventos violentos y repentinos, de corta duración y alcance global.
[27] En concreto, James Hutton defendía el plutonismo, que entendía al calor como causa agente de estos cambios.
Si bien el plutonismo terminó siendo rechazado, el uniformismo fue popularizado por Charles Lyell a principios del siglo XIX y, para 1830, el consenso científico había abandonado la Tierra joven como una hipótesis seria.
[28][29][30] A la luz de este descubrimiento, los reverendos William Buckland y Adam Sedgwick, así como otros geólogos que antes defendían el catastrofismo y el diluvio bíblico, confinaron sus explicaciones a diluvios locales.
Sin embargo, sus exponentes defendían principalmente el creacionismo de los huecos o del día-era.
[37] Price adquirió popularidad entre fundamentalistas por su oposición a la evolución, pero sus ideas de la Tierra joven fueron mayoritariamente ignoradas.
[35] En 1954, Bernard Ramm escribió su libro The Christian View of Science and Scripture, que criticaba severamente el trabajo de Price.
Este autor, en conjunto con J. Laurence Kulp, geólogo miembro de los Hermanos de Plymouth, y otros científicos, influyó en que organizaciones cristianas como la American Scientific Affiliation no apoyaran la geología diluviana.
[40] Langdon Gilkey comenta que los creacionistas de la Tierra joven entienden que todos los sistemas y movimientos anticristianos, tales como el ateísmo, el agnosticismo, el socialismo, el comunismo, el fascismo, el racismo, el humanismo, el liberalismo y el conductismo, encuentran su fundamento en una comprensión anticristiana de la ciencia, el gradualismo evolucionista.
Si se estableciera un entendimiento cristiano, la geología diluviana, con una base científica firme, entonces, todos estos sistemas colapsarían, quedando privados de su fundación pseudocientífica.
Además, el juez tampoco concebía cómo el nuevo pensamiento podría ser censurado tan eficientemente en todos los variados campos de la ciencia.
[50][51] Brian Alters, un experto en la controversia entre ciencia y creacionismo, ha sostenido que el 99.9 % de los científicos aceptan la evolución.
[59][60] Si no se leyeran todos los episodios bíblicos con literalidad, no habría motivo para leer algunos de los aspectos centrales del cristianismo, como la muerte y resurrección deJesús de Nazaret, con literalidad.
Los creacionistas rechazan cualquier conclusión científica que se desvíe de la lectura literal de la Biblia y en consecuencia se ven obligados a rechazar el naturalismo metodológico y el uniformismo del método científico.
[63][64][65] El Science Education Resource Center del Carleton College ha sostenido que, como este argumento rechaza el uniformismo, se trata de una postura acientífica, que no puede ser demostrada ni refutada.
Su legado todavía se refleja en las organizaciones creacionistas de la Tierra joven más prominentes.
[72] Sharon A. Hill y Jeb J. Card han observado que muchos creacionistas han financiado y conducido expediciones criptozoológicas con el propósito de hallar un dinosaurio vivo, esperando invalidar el evolucionismo.
[73][73] En un artículo de 2019 del Skeptical Inquirer, Philip J. Senter detalló varios engaños a los que llamó los hombres de Piltdown del creacionismo, ya que fueron citados por muchos creacionistas para demostrar una Tierra joven.
Los creacionistas de la Tierra Joven, en cambio, creen que, aunque el Génesis pudiera ser interpretado de distintas maneras, esto sería innecesario porque la evidencia científica apunta a una Tierra joven.
Ahora bien, con respecto a la interpretación del génesis, los creacionistas de la Tierra joven esgrimen dos argumentos.
[79][80] La hipótesis de Ónfalo propone que, aunque la Tierra sea joven, esta ha sido creada para aparentar ser más vieja.
[90] Los creacionistas también rechazan algunas posiciones teológicas cristianas modernas, tales como la del sacerdote jesuita, geólogo y paleontólogo francés Pierre Teilhard de Chardin o la del historiador cultural y ecoteólogo Thomas Berry, que descubren la revelación divina primaria en la evolución de las especies y en el desarrollo del universo, respectivamente.
[11] El evolucionismo es por ahora el único modelo que da cuenta completa de todas las observaciones, mediciones y evidencias descubiertas en los campos de la biología, la ecología, la anatomía, la fisiología, la zoología, la paleontología, la biología molecular, la genética y la antropología, entre otros.
Los creacionistas de la Tierra joven sugieren que los defensores del entendimiento científico moderno, con el cual están en desacuerdo, se ven principalmente motivados por el ateísmo.
Los críticos rechazan esta afirmación, indicando que muchos defensores del entendimiento científico moderno son creyentes y que muchos de los grandes grupos religiosos, como la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa y la Iglesia Anglicana, creen que ciertos conceptos, tales como la cosmología física, el origen químico de la vida, la evolución biológica y los registros fósiles, no implican un rechazo de las escrituras.