El sabor de los embutidos se debe principalmente a las cualidades presentes en la tripa natural.
Tras estos ingredientes básicos se suele añadir diferentes especias, según la región y las tradiciones culinarias.
Aunque hay variedades de embutidos en el sur, su variedad crece a medida que se va hacia el norte.
En Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela, se denomina chorizo al embutido fresco, poco o muy condimentado, que se consume cocinándolo sobre brasas.
En ciudades como Tandil, por ejemplo, el chorizo o salame se considera un producto insignia de la región.
En Chile existe un tipo de morcilla llamada tradicionalmente prieta, que se aliña con nueces, pimienta y paprika, a veces con merkén (ají ahumado y deshidratado en el proceso triturado hasta quedar en forma de polvo ahunado).
Normalmente en muchos casos, se usa el término "cecina" para referirse a algunos productos charcuteros industrialmente procesados (entre los que destacan las mortadelas y las ya mencionadas salchichas vienesas, entre otras).
La Organización Mundial de la Salud clasificó las carnes procesadas, incluyendo a los embutidos, como carcinógenas para nuestra especie.