De hecho, según contó Valle Inclán, cuando se le preguntaba por qué distrito era diputado contestaba: «¿Yo?, por Romero Robledo».
Poco tiempo después se matricula en la universidad madrileña en medicina, pero tampoco le duró este empeño.
En 1838, publica la primera obra impresa: Una mujer generosa, una comedia en dos actos que no llegó a ser estrenada en teatro.
En 1838 había empezado su carrera como poeta; publica sus primeros versos románticos en el libro Ternezas y flores.
Sin embargo, es en Ayes del alma (1842), su segundo libro lírico, cuando empieza a alejarse del Romanticismo, aunque todavía continúan en él los resabios de Espronceda; en otro libro, Fábulas, también de 1842, se hallan ya prefigurados y con sus caracteres esenciales los tres géneros que han de ser creados y cultivados por el poeta, sus personalísimas doloras, pequeños poemas y humoradas, que le adscriben a la estética del realismo.
[3] Como filósofo, Ramón de Campoamor fue un hombre monárquico, tradicionalista y moderado en política, le atraía especialmente el positivismo.
Más éxito tuvo Lo absoluto (1865), obra que alcanzó repercusión en los medios académicos y se usó como manual en las universidades.
[4] En 1842 comienza su carrera política y publica Ayes del alma con poemas dedicados a la reina ex regente M.ª Cristina.
Por esa época se casa con Guillermina O'Gorman, una joven dama de acomodada familia irlandesa, cuya cuantiosa dote le convirtió, si no lo era ya, en un acaudalado burgués afligido por la gota.
La boda se realizó en la antigua ermita del Fabraquer, situada en San Juan de Alicante, y no tuvieron hijos.
En 1913 se le dedicó otra escultura en su lugar natal, Navia, obra de Aurelio Carretero; y después se le alzó incluso un grupo escultórico en el parque madrileño del Retiro, de Lorenzo Coullaut Valera (1876—1932), en 1914.
Escribieron biografías suyas Antonio Sánchez Pérez (1889),[9] Emilia Pardo Bazán (1891),[10] Cipriano Rivas Cherif (1921)[11] y Manuel Lombardero (2000).
Este acudió a la parada, y le hirió una segunda vez en la mano derecha, desarmándolo.