Autores y críticos contemporáneos elogiaron la naturaleza dance pop de la melodía, pues la describieron como la pieza más compleja del álbum Madonna.
En 1982, Madonna se encontraba trabajando en su álbum debut con el productor de Warner Music Reggie Lucas.
Después de haber trabajado en tres canciones, Lucas trajo una composición propia al proyecto, titulada «Borderline».
[1] Sin embargo, empezaron a surgir problemas entre ambos, pues la cantante no estaba contenta con el resultado final, ya que sentía que el productor utilizaba demasiados instrumentos y no tomaba en cuenta sus ideas para las canciones.
[2] Musicalmente hablando, «Borderline» marcó un cambio en el tono de voz que Madonna normalmente utilizaba en sus canciones.
[4] Madonna utilizó una voz refinada y expresiva para esta interpretación, acompañada por la instrumentación de Lucas.
Aunque sonaba muy fría, el estribillo tiene un estilo similar a sus contemporáneos, y la tesitura que se aprecia fue usada por Madonna como su propio registro vocal durante toda su carrera musical.
[16] Para The Quietus, Matthew Lindsay la llamó una de sus canciones más «duraderas» y «genuinamente conmovedoras».
[24] Del portal Medium, Richard LeBeau la llamó una «canción pop impecable con una brillante producción y una voz fuerte».
[28] También opinó que «remite completamente a los 80 [...] su progresión rítmica, el inocente romance descrito o los suaves meneos de cabeza que provoca —usualmente junto con pequeñas sonrisas— no incomodan ni se sienten anacrónicos, sino invitan al baile y goce».
[28] Joe Morgan, de Gay Star News, opinó que aunque «Madonna ha hecho canciones más complejas, "Borderline" es pura delicia pop».
[30] En su reseña del álbum Madonna, Juan Puchades de la revista española Efe Eme expresó que «[Madonna] remata como intérprete en las baladas edulcoradas de ascendencia pop y tendentes al mainstream del momento, como "Borderline"».
Y es lo que ella hace aquí: equiparar amor a locura cuando todavía no había conocido ninguna de las dos cosas».
[9] También alcanzó la segunda posición en Hot Dance Club Songs y la vigésima tercera en el ranking de adulto contemporáneo.
[48][49] En Nueva Zelanda, debutó en el número 57 pero, tras una salida y una segunda entrada, recayó a la posición 49.
[54] En la secuencia de la sesión fotográfica, se dirige a la cámara con una mirada retadora, sugiriendo una agresión sexual.
[4] El fotógrafo, cuyo estudio está decorado con esculturas clásicas y desnudas que sostienen lanzas en un símbolo fálico.
Por otra parte, los símbolos fálicos retratados en el barrio Latino incluyen una farola, de la cual Madonna se sostiene y se balanceaa, y el palo de billar que su amante mantiene erguido.
[53] Carol Clerk dijo que los vídeos de «Lucky Star» y «Borderline» establecieron a Madonna no como «la chica de al lado», sino como una mujer inteligente y astuta, aunque a la vez divertida.
[54] Douglas Kellner, en su libro Media Culture: Cultural Studies, Identity, and Politics Between the Modern and the Postmodern, opinó que en el video se podían ver imágenes y estrategias que ayudaron a Madonna en su viaje al estrellato.
[58] Francesco Falconi sostuvo que no era «nada del otro mundo», pero destacó el «efecto estético» de la cantante como «una bomba».
[15] Matthew Lindsay comparó la trama con la cinta Mahogany (1975), protagonizada por Diana Ross, y con el trabajo del director John Hughes.
[66][67] «Borderline» es una de las tres actuaciones que no se incluyeron en el vídeo Madonna Live: The Virgin Tour, publicado por Warner Bros.
[69] Madonna volvió a interpretar la canción en la primera etapa de la gira Sticky & Sweet Tour, realizada en 2008.
[77] Para la segunda etapa de la gira en 2009, quitó «Borderline» del repertorio y en su lugar cantó «Dress You Up».
Heather Phares, del portal Allmusic, criticó esta versión; comentando que «no daba la talla».
[84] La banda de Chicago Showoff, versionó la canción para el álbum Pop Goes Punk.
[87] La cantautora galesa Duffy, cantó «Borderline» durante el festival de 2008, BBC Radio 1's Big Weekend.
[89] La banda norteamericana Counting Crows cantó la canción durante un concierto en el Royal Albert Hall en 2003.