Madonna colaboró con Reggie Lucas, quien produjo el tema, mientras que John Benitez ayudó con los riffs de guitarra y con los coros.
Asimismo, no logró un mayor éxito comercial, pues solo apareció en la lista estadounidense Dance Club Songs en la tercera posición y en el conteo de Australia, donde llegó a los veinte primeros.
Tras una serie de presentaciones en vivo en clubes para promocionar el sencillo, figuró en el repertorio del Virgin Tour de 1985 y posteriormente en las giras Re-Invention (2004) y Rebel Heart Tour (2015-2016); en estas dos últimas, Madonna lo interpretó con una guitarra eléctrica.
Este finaliza con Madonna conduciendo el vehículo, dando así la conclusión de que ella siempre estuvo al mando.
En 1982, Madonna se encontraba viviendo en Nueva York tratando de lanzar su carrera musical.
[1] En ese entonces, Madonna traía consigo demos de tres canciones: «Everybody», «Ain't No Big Deal» y «Burning Up».
Después de presentarle al DJ Mark Kamins el primer tema, este lo llevó a la compañía discográfica Sire Records, donde Madonna logró conseguir un contrato.
[2] Cuando «Everybody» se convirtió en un éxito en las listas, el sello decidió seguir con los planes de producirle un álbum completo, no obstante, Madonna optó por no trabajar ni con Bray ni con Kamins, y decidió hacerlo con el productor de Warner Brothers Reggie Lucas.
[10] Sin embargo, sí alcanzó el tercer lugar en el conteo Dance Club Songs y permaneció allí por dieciséis semanas.
[13] Rikki Rooksby, autor de The Complete Guide to the Music of Madonna, comentó que «Burning Up» era notablemente más débil comparada con otros sencillos como «Lucky Star» y «Borderline», también del álbum.
[25] Jane Stevenson, del Toronto Sun, opinó que se trataba de una «(canción) vieja pero buena».
[29] Además, recalcó que «remite completamente a los 80 [...] su progresión rítmica, el romance descrito o los suaves meneos de cabeza que provoca —usualmente junto con pequeñas sonrisas— no incomodan ni se sienten anacrónicos, sino invitan al baile y goce vigente».
También destacó que «funciona particularmente bien cuando la interpreta en vivo con la guitarra eléctrica (como puede observarse en sus giras Reinvention y Rebel Heart)».
[41] Para The National Student, Emily D'Souza consideró a «Burning Up» la tercera canción más infravalorada de Madonna; la llamó «irresistiblemente pegajosa» y «ochentera por excelencia».
La actriz y amiga de Madonna, Debi Mazar, fue contratada como la maquilladora, mientras que Maripol se desempeñó como estilista.
[6] Su amor por el chico la retrataba como una víctima indefensa, como la mujer estereotipada que se mostraba en muchas películas del cine mudo.
[44] Al final, es ahora Madonna quien conduce el vehículo, quien muestra una sonrisa desafiante y haciendo saber que se ha deshecho del hombre, dando así el mensaje de que es ella quien siempre estuvo al mando; este tema se volvería recurrente en su carrera.
[44] El autor Robert Clyde Allen, en su libro Channels of Discourse, lo comparó con el de «Material Girl».
[45] Georges-Claude Guilbert, en Madonna as postmodern myth, sostuvo que la representación del personaje masculino se vuelve irrelevante a medida que Madonna desestabiliza la fijación y la categorización de la sexualidad masculina en el vídeo.
[51] De manera similar, Eric Diaz, del portal Nerdist, lo llamó «icónico» y recalcó: «Hay algo [en "Burning Up"] que es tan ochentero, y tan Madonna: las pulseras de goma, las cadenas, el cabello rubio decolorado con raíces terribles.
Durante la primera, bailó por el escenario, que estaba iluminado con luces anaranjadas, y usó un micro top negro con flecos, una falda del mismo estilo que dejaba expuesto su ombligo y varios crucifijos de diferentes tamaños colgando de diferentes lugares, mientras realizaba poses sugestivas con sus bailarines.
[58] Diecinueve años después, figuró en el segundo segmento del Re-Invention World Tour, «Militar», donde era el tercer tema y el séptimo en general.
Para esta interpretación, la cantante apareció en el escenario vestida con ropa militar y tocó una guitarra eléctrica Gibson Les Paul.
[59] Sal Cinquemani de la revista Slant, en su reseña al concierto del Madison Square Garden en Nueva York, comentó que «fue un gusto verla ponerse una guitarra eléctrica y cantar clásicos como "Burning Up"».
[63][64] Sandra Sperounes, del Edmonton Journal, calificó la voz de la cantante durante la interpretación como «profunda y peligrosa».
[73] «Burning Up» también fue utilizada como música de fondo para una escena en la película The Wild Life (1984).