Pero las pésimas condiciones del terreno dificultaron el ataque aliado, lo que resultó más fácil a los paraguayos defender sus posiciones.
El desenlace de este enfrentamiento fue favorable al ejército paraguayo, y en efecto, fue su mayor victoria en esta guerra.
Los soldados aliados no pudieron acercarse a las trincheras enemigas,y los pocos que lograron hacerlo fueron fusilados.
El bombardeo se inició en la mañana, a las 8:00 horas, cuando los 101 cañones de la flota imperial atacaron las posiciones paraguayas.
Ante esto el general paraguayo José Eduvigis Díaz ordenó el repliegue de las tropas ubicadas en las trincheras más avanzadas.
Los soldados aliados no pudieron acercarse a las trincheras enemigas, y los pocos que lograron hacerlo fueron literalmente fusilados.