Cuando los reyes de España crearon o dividieron las gobernaciones en la región del Río de la Plata, no se preocuparon por precisar los deslindes entre ellas, y estos se fueron delineando por derechos de conquista y ocupación, y por pactos entre las autoridades locales.
En 1617 el rey dispuso dividir la gobernación del Río de la Plata y del Paraguay, quedando Asunción y Corrientes en gobernaciones distintas, sin fijar sus límites comunes.
Desde su fundación, los pueblos jesuíticos quedaron en una virtual independencia de los gobernadores españoles, quedando el río Tebicuary como el límite de hecho con las autoridades residentes en Asunción.
[2] Los gobernadores del Paraguay sostuvieron luego que su gobernación había cedido a la de Buenos Aires el territorio ocupado por las reducciones jesuitas guaraníes, pero que los demás territorios que no habían sido ocupados por ellos entre los ríos Paraguay, Tebicuary y Paraná, nunca fueron cedidos.
La temprana ocupación del partido de Pedro González por pobladores correntinos cesó durante el primer tercio del siglo XVIII cuando la zona fue constantemente atacada por guaycurúes y payaguás, en simultáneo con los ataques charrúas en la parte sur de la jurisdicción de Corrientes, que obligó a reconcentrar a los pobladores en torno a la ciudad.
En cuanto a la zona al sur del río Tebicuary, el virrey le indicó que se entendiese con Juan García de Cossio, teniente gobernador de Corrientes.
La expedición al mando de Quevedo exploró hasta alcanzar el Tebicuary con 50 milicianos y 12 indígenas baqueanos del pueblo de Itatí, encontrado solo indígenas chaqueños como pobladores.
En este último, fue establecido un resguardo por el administrador de Real Hacienda.
Melo de Portugal envió una expedición exploratoria que regresó a Asunción con la noticia de que Curupayty se hallaba ya poblado y guarnecido por correntinos.
El 31 de marzo envió un oficio a García de Cossio expresando que había dado cuenta al virrey sobre el convenio, sin tener aún respuesta: Melo de Portugal concluía el oficio expresando que encontraba muy extraño el accionar de Corrientes y pedía que se retirase la población de Curupayty hasta que llegase la respuesta del virrey a su informe.
El mismo día el virrey oficiaba al gobernador del Paraguay pidiéndole que procure evitar discodias con Corrientes y que había pasado a un asesor los antecedentes del caso.
El 25 de agosto Melo de Portugal contestó disculpándose y avisando que había retirado las milicias y demás expedicionarios, pidiendo que se le permita poblar la desembocadura del arroyo Ñeembucú, en donde ya había iniciado la población, que estaba dentro de la mitad acordada al Paraguay.
Desde 1806 a 1809 se sucedieron las quejas del gobierno del Paraguay ante los virreyes debido a la presencia de indígenas chaqueños reducidos en Curupayty, a quienes acusaban de robos en territorio paraguayo, sin lograr que los virreyes ordenaran su desalojo.
La Junta de Buenos Aires manifestaba que aspiraba a gobernar el Virreinato del Río de la Plata en nombre del rey Fernando VII hasta que se aclarase la situación en la península ibérica.
El 15 de junio Espínola entregó los pliegos al teniente gobernador de Corrientes, Pedro Fondevila, logrando su adhesión a la Junta y partiendo al día siguiente.
La flotilla al mando del comandante José Antonio Zavala y Delgadillo, estaba formada por 3 barcos mercantiles armados, por "La Viscaya", una viaja cañonera rehabilitada al efecto y dos polacras.
Iban en ella 38 artilleros, 40 milicianos de San Isidro del Curuguaty, 10 pardos fusileros, 49 miñones y 69 milicianos del cuartel de Asunción.
También tenía directivas para que los correntinos que tuvieran propiedades en la zona a ocuparse, y no juraran obediencia a Asunción, fueran expulsados sin usar ninguna consideración con ellos.
El 28 de septiembre Ferrer comunicó que Fulgencio Yegros había tomado prisionero al comandante Juan Manuel Piris de Ávila en el Paso de Itatí y que el alcalde de 1° voto del Cabildo se uniría a Yegros con 40 hombres que se hallaban en Curupayty para ocupar los dos pasos que restaban.
El artículo 4 establecía que los límites entre las intendencias de Buenos Aires y del Paraguay, permanecerían como se hallaban hasta que un Congreso General los defina, dejando en posesión paraguaya el Partido de Pedro González.
Queda reconocido por pertenencia de la República á esta banda del Paraná el territorio que corresponde á la jurisdicción de la Villa del Pilar, hasta Yabebirí.— La Provincia de Corrientes reconoció así el dominio paraguayo del área en disputa y el interés argentino por recuperar esa zona prácticamente desapareció.