Pedro Ferré
Mantuvo una administración financiera ordenada y sin deudas, e incluso otorgó un crédito a la vecina provincia de Entre Ríos.La coyuntura, con la inminente Guerra del Brasil ocupando a los gobernantes, hizo que la cuestión se difiriera.Aguirre desconoció los términos del tratado, nombró un comandante militar para Yapeyú y reemplazó al de la actual Monte Caseros.Aguirre se puso al frente de las tropas misioneras en la guerra, y Ferré envió fuerzas para fortalecer su posición.Los cabildos del interior reiteraron sus pedidos, y Ferré envió fuerzas para asegurar el apoyo de los locales, que deseaban desconocer a Aguirre.No todos los misioneros adoptaron esa misma postura; oficiales del ejército de Aguirre, capitaneados por Agustín Cumandiyú y Gaspar Tacuabé, se rebelaron contra la ocupación correntina.Ferré envió 400 hombres contra los insurrectos, que retomaron San Roquito e hicieron frente a las tropas de Cumandiyú y del reaparecido Aguirre.Los insurrectos fueron batidos, y se replegaron a Tuyuné, donde las tropas correntinas los vencerían pocos días más tarde.Los caciques derrotados se refugiaron en la Banda Oriental, excepto Tacuabé, que hizo una larga carrera militar en Entre Ríos.El terreno se ocuparía rápidamente en los años sucesivos, destinándose a la plantación y la ganadería extensiva.La enfiteusis regiría durante las tres décadas venideras, hasta que en 1860 su propiedad definitiva se resolvería en subasta.[2] En 1827 firmó con las demás provincias el compromiso para formar una Convención Nacional en Santa Fe, pero enseguida tuvo problemas con el gobernador porteño Manuel Dorrego por cláusulas menores que este había querido modificar, y por la invitación que se había enviado a todas las provincias, incluso Misiones.Por eso hizo todo lo posible para evitar que se le diera a Rosas el manejo de las relaciones exteriores, pero fracasó en su intento.Pero que, para la mayoría de la población, especialmente en el interior, iba a ser mucho más beneficiosa.Quedaba fuera la zona al norte del río Aguapey, que estaba ocupada por el Paraguay desde la independencia de este.Buenos Aires, sin embargo, intentó hacer valer sus derechos promoviendo la venta de esos terrenos a colonizadores británicos.Al mismo tiempo, estableció dos puestos aduaneros, uno en la tranquera de Loreto para los que circulasen hacia Itapúa por esa vía, y otro en Puerto Hormiguero.La guerra contra el Paraguay, en 1832, por disputas por territorios a la vera del río Paraná, fue argumento por lo cual la Legislatura correntina otorgó nuevamente las facultades extraordinarias al gobernador Ferré.Además, se declaró para lo sucesivo que la Legislatura no podrá alterar ningún artículo de la Constitución provincial.Para empeorar las cosas, el Paraguay se había cerrado cada vez más sobre sí mismo, y ya no tenía ningún comercio exterior.Poco después entraba en su provincia el general Juan Lavalle al frente de un exiguo ejército, en que figuraban muchos oficiales capaces.Ferré quedó sorprendido: Lavalle le había robado su ejército, el único que tenía la provincia.Corrientes se había salvado, y Paz pudo seguir organizando el ejército durante casi un año más.Echagüe regresó a Entre Ríos, y al poco tiempo fue reemplazado como gobernador por Justo José de Urquiza.Falto de apoyo y de ejército, con Juan Pablo López derrotado en Santa Fe, Paz tuvo que evacuar Paraná hacia el este; las deserciones lo dejaron casi solo, por lo que dejó el mando a Rivera y se retiró a Montevideo.Pero eso no salvó el gobierno de Ferré, que, abandonado por todos, huyó a Paraguay.Cuando, meses después, los hermanos Juan y Joaquín Madariaga recuperaron la provincia para el partido unitario, permaneció en Brasil.Allí se dedicó a escribir sus Memorias, un documento valioso que llega hasta el año 1845.[7] Se radicó en Santa Fe, dedicado a la construcción de barcos y un puente sobre el río Salado.Por razones de salud vivió sus últimos años con su tercera esposa — Bárbara Ygarzábal — en Buenos Aires, sumido en la pobreza.