Desde San Ignacio, los jesuitas partieron para fundar otros pueblos, como Santa Rosa, Santiago, Santa María, San Cosme y Damián, incluso Encarnación y otras localidades.
La colonia Reinfeld se encuentra a pocos kilómetros del centro de San Ignacio, en la misma, unas 141 familias menonitas alemanes de origen canadiense, habitan este lugar desde cerca 1966, las casas pintorescas y adornadas con jardines coloridos, se conjugan con los extensos cultivos de soja, maíz y sorgo.
Es considerada «Capital del Barroco Hispano-Guaraní», por las incontables obras de arte que se encuentran en la ciudad.
Los estacioneros son varones que cantan mientras recorren las estaciones del vía crucis.
Turistas de todas partes del país, así como extranjeros acuden en estas fechas a ver los «cuadros vivientes», donde actores locales representan cuadros de pintores famosos en una escenografía muy especial.
En el lugar se asentaron los indígenas que no se dejaron dominar por los jesuitas; su nombre también significa «tierra de los demonios» o «tierra de los herejes».
En la ciudad y sus alrededores, hay varias colonias menonitas establecidas.
Los menonitas en San Ignacio Guazú se dedican principalmente a la agricultura, especialmente a la producción de cultivos como soja, maíz, trigo, girasol, lechugas, entre otras.