Puede presentar un recorrido muy variado: se encuentran terrenos de vegetación o desérticos, pero también tramos con poco caudal e incluso secos; el torrentismo consiste en superar estos cambios de recorrido caminando, nadando, destrepando y en muchos casos repelando.
Asimismo, muchas veces es necesario, conveniente, y quizás lo más oportuno, saltar a pozas de agua o sortear los diversos obstáculos naturales que se van encontrando.
El equipo para practicar barranquismo consta cuando menos de un casco, un traje y escarpines de neopreno, calzado adecuado, un arnés, bloqueadores mecánicos, cuerda especialmente diseñada para la actividad, una navaja y un silbato.
Sin embargo, por su historia, el barranquismo es heredero directo de la espeleología, que lo aplica, desarrolla e innova en una disciplina que pone verdaderamente a prueba en aquellas cavidades en exploración con curso hídrico activo, y sin la que la espeleología quedaría absurdamente limitada a cavidades sin agua, y sin la que a su vez, el barranquismo no se enfrentaría al mayor de los retos como puede ser seguir los cursos hídricos en sus recorridos subterráneos, como ya hace con su otra especialidad del espeleobuceo.
De esta manera, se reduce en gran medida el impacto ambiental sobre el ecosistema fluvial.