Los flysch son facies rocosas de origen sedimentario compuestas por alternancia rítmica de capas de rocas duras cohesivas (calizas, pizarras o areniscas) intercaladas con otras más blandas friables (margas o lutitas).
Esta disposición favorece la erosión diferencial, pues las capas friables son desgastadas con mayor facilidad que las capas cohesivas.
Esto hace que las capas duras se queden en resalte y sin apoyo, que así son erosionadas más fácilmente, pero a la vez la existencia de las rocas duras protege a las blandas.
Este tipo de sedimentación alternante ha sido objeto de numerosas investigaciones que causaron bastante polémica.
Atendiendo a la hipótesis de las turbiditas se puede estimar que el flysch se forma de la siguiente forma: En el norte de la península ibérica, entre las localidades guipuzcoanas de Deva y Zumaya, se encuentra la llamada Ruta del Flysch,[1] es uno de los flysch más relevantes y en que mejor se aprecia su estructura, además de todas las secciones del Paleoceno, con una excelente conservación del registro fósil.