Los hechos tuvieron amplia repercusión en la región, con condenas por parte de Brasil, Chile, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Paraguay, Perú y Uruguay, quienes se solidarizaron con Argentina.
El gobierno argentino dijo en otra ocasión que tomaría «acciones diplomáticas» contra Maduro después de que el gobierno venezolano decidiera cerrar su espacio aéreo a los aviones argentinos.
Las elecciones presidenciales no fueron ni libres ni justas, se produjeron en un contexto en el que el gobierno de Nicolás Maduro controla todos los poderes del Estado y reprime a la oposición política.
[8][9][10] El mismo día el Consejo Nacional Electoral dio como ganador a Nicolás Maduro por un 51.95 % de los votos, mientras que Edmundo Gonzales quedaría como segundo con 43.18 % de los votos.
Tanto María Corina Machado como Edmundo González rechazaron los resultados del CNE y se adjudicaron la victoria.
González, en un acto acompañado por Machado, dijo: «Los venezolanos y el mundo entero saben lo que pasó… Nuestra lucha continúa y no descansaremos hasta que se respete la voluntad del pueblo venezolano».
[11][12] Antes de darse a conocer los primeros resultados, el presidente argentino, Javier Milei trató al gobierno de Maduro como una «dictadura comunista» y que «Argentina no va a reconocer otro fraude, y espera que las Fuerzas Armadas esta vez defiendan la democracia y la voluntad popular».
La custodia brasileña fue comparada por Andrés Cisneros con el papel que Brasil jugó durante la guerra de Malvinas al representar a Argentina ante Reino Unido hasta que se reanudaron las relaciones diplomáticas.
[25] Luis Almargo, Edmundo González y senadores de Estados Unidos condenaron también los hechos.
Pedro Urruchurtu, mediante un post en X, indicó a las 19:00 hora local (23:00 GMT) que se cumplieron «más de 24 horas sin el servicio eléctrico, desde que se llevaron los fusibles».
Sin embargo, el gendarme Gallo no tenía vínculos con operaciones de inteligencia ni con actividades oficiales.