La idea de explotar económicamente el delta del río Colorado mediante la irrigación, se le atribuye a Oliver Meredith Wozencraft.
[4] Wozencraft cruzó por estas tierras en 1849 y tuvo la idea de crear una sistema de irrigación por gravedad llevando aguas del río al desierto del Colorado,[5][6] incluso Wozencraft solicitó permiso al gobierno de los Estados Unidos para realizar este proyecto, sin embargo, no fue él quien lo hizo realidad.
La Colorado River Land, empezó a explotar los terrenos irrigados primeramente para ganadería, poco después, para productos agrícolas.
Paralelamente a la apertura agrícola en las tierras del delta del Colorado y a la conformación de un latifundio extranjero en la porción mexicana de estas, se gestaba en México un movimiento revolucionario, agrarista, que buscaba, entre sus objetivos más importantes, el desmantelamiento de los latifundios en México y el reparto agrario.
Señala el historiador local, Celso Aguirre Bernal, que Magaña impulsaba un movimiento justo, ya que intentaba dar cabal cumplimiento a la ley agraria vigente en ese entonces, así como al artículo 27 de la constitución política mexicana, por aquel tiempo, recientemente promulgada.
[21] Magaña y sus seguidores prosiguieron promoviendo invasiones,[nota 7] al no obtener respuesta oficial a sus solicitudes.
También se invadieron terrenos de otros posesionarios extranjeros en el llamado "Rancho Verde".
Ante el movimiento que tomaba fuerza, el gobierno intento primeramente convencer a Magaña de desistir, ofreciéndole incluso terrenos cerca de la Laguna Volcano, los cuales Magaña rechazó.
Abelardo L. Rodríguez a solucionar el problema haciendo un reparto de tierras.
[21] En dicho reparto se excluyó a las personas más allegadas al coronel Magaña.
[17] Este comité empezó a tener conflictos con la Colorado River Land Company, debido a que la compañía solo vendía agua a quien firmaba un contrato de arrendamiento y además de que la compañía seguía considerando que esas tierras le pertenecían,[nota 10] pero el comité o cooperativa pidió apoyo al Banco Agrícola Peninsular y este se lo otorgó.
Felipa Velázquez viuda de Arellano, fue la única mujer, al menos que se conozca o se tenga memoria, que participó directamente en el movimiento agrarista del valle de Mexicali.
los integrantes del comité de Álamo Mocho ocuparon el rancho Nagasaki, ese mismo 27 de enero desde temprano, pero a las ocho de la mañana ya estaban rodeados por los soldados, de esto dio testimonio el Sr. Jesús Cibrian,[17] el cual fue arrestado ese mismo día junto con Ignacio Sánchez Campos, este último quien formaba parte del grupo que enviaron, casi siete años atrás, a las Islas Marías.
[17][21] Del coronel Orozco y uno de los participantes del movimiento, llamado Roberto Serrano,[17][5] se conserva una anécdota que es aludida, mas no relatada, en el acta antes citada del comité Michoacán de Ocampo, pero de la cual dan testimonio, los también participantes Pedro Pérez Hernández[24][5] y Efrén Maciel,[17] quien contaba al respecto: El coronel se retiró por ese día sugiriendo mandar una comisión a la México, D. F. para arreglar el problema.
Aurelio Corrales Cuevas, otro participante en el movimiento agrario[8] y posterior diputado constituyente del congreso de Baja California,[29][8] afirmaba que también el 27 de enero fueron "asaltadas" las tierras de los predios que posteriormente se convertirían en ejidos Cuernavaca, Coahuila, Orizaba y Zacatecas.
[17][24] Un grupo de soldados visitó Álamo Mocho y Rancho Nagasaki al anochecer, pero tampoco tomaron ninguna acción contra los manifestantes.
El Sr. Emigdio Mora Pantoja brindó, en alguna ocasión, testimonio de ese momento: Aproximadamente a las tres de la tarde llegaron al palacio de gobierno, les pasaron revista y los encerraron en el sótano, encontrándose ahí a compañeros del comité "Guadalupe Victoria" y del comité "Lázaro Cárdenas".
[21][17][5] El presidente los atendió y les aseguró que el problema agrario en Baja California se resolvería prontamente, entregándoles una carta donde aseveraba que giraría instrucciones al Jefe del Departamento Agrario, Lic.
La Colorado River Land Company siguió poseyendo algunos activos en el valle de Mexicali hasta 1946 cuando a través de un intermediario, William O. Jenkins, vende sus últimas acciones al gobierno mexicano.