[1] La tendencia dominante de esta corriente se mostró durante el primer cuarto del siglo XX y finalizó con la guerra civil española.
[5] El primero dio lugar a un ensalzamiento del regionalismo historicista en Andalucía, así como de otras regiones españolas.
En cada uno de los casos se establecen precursores y detractores: Cataluña: con inspiraciones desde la arquitectura histórica germánica a la persa.
Este movimiento tiene lugar principalmente en las provincias de Barcelona y Tarragona, aunque sus arquitectos lo expanden a otras ciudades españolas como Comillas, Cartagena, Madrid, Melilla o Valencia (en estas dos últimas este movimiento creara su propia corriente diferencial).
Andalucía: consiste en la renovación de un pasado artístico, inspirándose especialmente el mudéjar y el barroco, considerado como glorioso.