La Villa Quijano, popularmente conocida como El Capricho, es un edificio modernista situado en la localidad cántabra de Comillas.
[1] El edificio cayó en el abandono tras la Guerra Civil, estado en el que siguió pese a su declaración como Bien de Interés Cultural en 1969.
[2][a] Era concuñado del también indiano Antonio López y López,[b] marqués de Comillas, suegro del empresario catalán Eusebi Güell, el principal mecenas de Gaudí, motivo por el que entraron en contacto promotor y arquitecto.
El edificio recibió el nombre de Villa Quijano, que pronto fue conocido como «El Capricho», debido a su aspecto exuberante y original.
[6] Posiblemente Gaudí se inspiró en un proyecto para un embarcadero que había hecho durante sus estudios universitarios, en 1876.
[8] Los trabajos se realizaron entre 1883 y 1885 aunque, lamentablemente, su propietario no pudo disfrutarlo mucho tiempo, ya que murió unos meses más tarde de acabadas las obras.
[11] El edificio cayó en el abandono tras la Guerra Civil, estado en el que siguió pese a su declaración como Bien de Interés Cultural en 1969.
[14] Por último, el edificio se convirtió en museo y abrió sus puertas al público en julio de 2010.
[16] El Capricho se encuentra en un terreno en pendiente, que antiguamente albergaba un bosque de castaños, en un valle cuyas laderas descienden hacia el mar, expuesto al norte.
En su construcción se emplearon diversos materiales, como la piedra, el ladrillo, el azulejo, el hierro y la teja, combinados en diferentes tonalidades, lo que otorga una gran riqueza cromática al conjunto.
[20] El acceso principal de la casa se encuentra en el lado norte, en un monumental pórtico sobre el que se yergue la torre-minarete, con cuatro columnas y arcos adintelados, con capiteles decorados con pájaros y hojas de palmito, como en la casa Vicens.
[25] En cuanto a la fachada posterior, ubicada al mediodía, se corresponde con el pórtico acristalado del anterior invernadero, derribado en 1914 y reconstruido en 1988.
El arquitecto mostró como en otras de sus obras un gran respeto por el entorno, utilizando para su proyecto materiales autóctonos.
La planta principal tiene cinco estancias, el vestíbulo y el cuarto de baño, unidos por un amplio distribuidor paralelo al invernadero.
El principal material empleado en esta estancia es la madera que recubre suelo, techo, zócalos, puertas y ventanas así como la chimenea.
[35] El salón principal tiene 35 m² y presenta una doble altura que llega hasta la cubierta del edificio dividiendo el desván en dos partes.
El techo tiene forma de nave invertida, posiblemente pensado para contener una cubierta acristalada, como era moda en la época, que sin embargo no llegó a construirse.
Por otro lado, corresponden a este salón los dos balcones en forma de banco-barandilla elaborados en hierro forjado que dan al exterior.
Era una sala polivalente destinada a finalidades lúdicas pero que también podía servir de dormitorio secundario.
Las ventanas tienen vidrieras de colores con motivos vegetales y ornitológicos, posiblemente un modelo para las demás estancias que finalmente no se realizó.
[40] En la planta superior se encuentra el desván, dividido en dos por el salón principal ya que su altura llega hasta el techo del edificio, con acceso por dos escaleras de caracol.