En esta obra, esbozó por primera vez algunos de sus recursos constructivos que serían habituales en la eclosión del modernismo.
Estilísticamente, corresponde con una etapa de influencia orientalista, donde las formas estructurales y ornamentales corresponden al gusto por el arte oriental, principalmente mudéjar, persa y bizantino, como se aprecia en otras obras suyas como los Pabellones Güell, las Bodegas Güell o El Capricho de Comillas.
[10] El terreno donde se construyó la casa lo había heredado Manuel Vicens de su madre, Rosa Montaner i Matas, en 1877.
Para esta vivienda, Gaudí diseñó dos muebles: una chimenea rinconera de madera y metal con las iniciales M.V.
[nota 2] Se ignora si las edificaciones que había en el solar fueron derribadas o aprovechadas en parte en el proyecto gaudiniano.
[24][nota 4] Gaudí dirigió personalmente las obras: según testimonio de Joan Baptista Serra a George Collins en 1959, el arquitecto se sentaba bajo un parasol y supervisaba la construcción, haciendo derribar en ocasiones lo que consideraba mal ejecutado.
[13] En su realización, Gaudí contó con la ayuda de varios artesanos que serían habituales en sus obras, como el escultor Llorenç Matamala, el ebanista Eudald Puntí o el herrero Joan Oñós, así como el contratista Claudi Alsina.
[13][nota 5] La casa contaba con tres fachadas, ya que por su vertiente noreste daba con una pared medianera de un convento vecino.
Según sus palabras: «Cuando fui a tomar medidas, el solar estaba totalmente cubierto de esas mismas florecillas amarillas que adopté como tema ornamental en las cerámicas.
[36] En el proyecto gaudiniano, esta cascada estaba unida al muro perimetral, pero en la ampliación de 1925 quedó como una estructura exenta.
Sobre este diseño, el escultor Llorenç Matamala realizó un molde en yeso, que posteriormente fundió en hierro el forjador Joan Oñós.
[41] En 1899, la viuda de Manuel Vicens, Dolors Giralt i Grífol, vendió la casa al doctor Antonio Jover Puig por 45 000 pesetas.
Gracias a la fortuna que había forjado en Ultramar, como otros indianos de la época, pudo adquirir la Casa Vicens.
Ese mismo año conoció a Gaudí en la iglesia de los Santos Justo y Pastor, donde les unió su afición por la música.
Con tal fin, se sustituyó la escalera original diseñada por Gaudí por otra acorde a su nueva finalidad.
El sótano perdió una habitación por el ensanchamiento de la calle, aunque ganó otra bajo la nueva terraza que se ubicó en la entrada principal.
[59] En 1962 falleció la viuda del doctor Jover, Ángela González Sánchez, dejando como herederos a sus hijos Antonio, Gaspar, María de la Paloma y Fabiola.
Se unifican en ella la mecánica, la construcción y la estética para llegar a un alto grado de sinceridad.
[71] En 2014, la familia Herrero Jover vendió la Casa Vicens al banco andorrano MoraBanc, que convirtió el inmueble en una casa-museo tras una remodelación.
[75] Al centrarse el recorrido en las estancias del proyecto original gaudiniano, la ampliación efectuada por Serra en 1925 fue reconvertida en un espacio de recepción al visitante en la planta baja, así como un espacio destinado a exposiciones fijas y temporales en la primera y segunda plantas.
Esta simplicidad se ve atenuada por la riqueza decorativa, en la que Gaudí desplegó toda su desbordante imaginación.
Las distintas superficies y los efectos geométricos provocan claroscuros, lo que acentúa la diversidad cromática del exterior.
[86] Las esquinas cuentan con unas tribunas situadas a 45 grados, con unos balcones apoyados en ménsulas de ladrillos en sucesivos voladizos.
En la azotea, en la parte central de la fachada original, se encuentra una chimenea, mientras que la esquina derecha —correspondiente a la ampliación— está rematada con un templete.
La ventana contigua tiene igualmente un postigo de madera con unas piezas redondeadas dispuestas alternativamente en posición horizontal y vertical.
[101] El acceso a la vivienda se efectúa por la planta noble (162 m²), que contiene un recibidor, el comedor, la tribuna y un fumadero, como principales estancias.
[105] Los armarios del comedor, diseñados por Gaudí, forman un conjunto con los marcos que albergan las pinturas de Torrescassana.
[113] En el primer piso (143 m²) se encontraban los dormitorios: el principal se hallaba sobre el comedor, con una terraza situada sobre la tribuna inferior; tenía además una sala de estar, ubicada sobre el fumadero, un baño, un vestidor con aseo y otras dependencias, una habitación de invitados y otra destinada probablemente a estudio o biblioteca.
[117] La segunda planta (150 m²), destinada a las habitaciones del servicio, está ocupada actualmente por un espacio de exposiciones.
[119] El sótano, formado por una estructura de bóvedas catalanas en el techo, se utilizaba antiguamente como bodega y carbonera.