Normalmente se hacía con una cimbra delgada que se desplazaba o, muy frecuentemente sin cimbra ya que el yeso tiene un fraguado tan rápido que permite poner un ladrillo al lado de otro haciendo que se sostengan entre ellos lo cual hace innecesaria la cimbra o cualquier tipo de estructura de madera como encofrado provisional de la bóveda.
[cita requerida] La bóveda catalana, usualmente tiene dos o tres capas de rasillas y ladrillos.
Según el arquitecto Bonaventura Bassegoda, en la monografía «La bóveda catalana» (ver bibliografía), la transmisión de presiones en la bóveda catalana es similar al diagrama de las líneas geodésicas.
En forma análoga, la bóveda de cañón, al ceder sus estribos tiende a romperse según una curva alabeada formando en los apoyos unos lunetos espontáneos lo cual es una evidencia que la transmisión de los esfuerzos se hace, no solo por las directrices, sino también por las generatrices de la bóveda.
Uno de ellos era el hierro, que ya se usaba y del cual los arquitectos norteamericanos eran maestros.
El otro fue la tierra cocida, en el uso estructural de la cual Guastavino era un gran experto.