[2] Tradicionalmente un arco está compuesto por piezas, hechas de piedra tallada, ladrillo o adobe.
Denominadas dovelas que trabajan siempre a compresión y puede adoptar formas curvas diversas.
Estructuralmente, un arco con dovelas funciona como un conjunto de elementos que transmiten las cargas, ya sean propias o provenientes de otros elementos, hasta los muros o pilares que lo soportan.
Algunas veces se utilizan tirantes metálicos, o en algunas ocasiones de madera, para sujetar las dovelas inferiores.
Por esta razón tres articulaciones harían de un arco una estructura estáticamente determinada (isoestática).
Tales materiales son: la piedra tallada en bloques (denominado: arco pétreo), adobe y ladrillo.
[6] Si la forma del arco es la correcta, todas las dovelas trabajan a compresión.
Su empleo milenario en la construcción de arcos ha sido dominante hasta que hiciera en la segunda mitad del siglo XIX aparición el hierro como alternativa constructiva viable.
Algunos autores crearon escuela escribiendo sobre la construcción de arcos, como el arquitecto italiano León Baptista Alberti, que aconseja que las dovelas sean de gran tamaño y muy similares entre sí.
Formando las juntas entre dovelas un plano perpendicular a la línea curva del intradós.
Dichas dovelas pétreas se trababan en algunos casos con un mortero que proporciona una adherencia extra entre los elementos de la fábrica.
Justo en ese instante el arco, ya liberado de su cimbra, entra en carga.
Al ser retiradas las cimbras de madera, las dovelas del arco empiezan a entrar en compresión unas con otras.
Es por esta razón por la que el descimbrado se realizaba con sumo cuidado, y en un orden preciso.
De esta forma no se sometía al arco a tensiones añadidas o descentradas.
Es decir, un arco se desploma cuando aparecen en él tantas grietas que acaba convirtiéndose en un mecanismo (cinemático o con movimiento).
[5] La aparición de grietas causa que el arco se encuentre en equilibrio inestable.
[13] Esto se produce debido a la intuición básica de los constructores medievales, que sin conocer la teoría del arco, construyen catedrales y puentes que permanecen edificados hasta hoy en día.
Todos estos arcos espontáneos, formados en la naturaleza, quizás fueran la inspiración a los primeros hombres que colocaron piedras imitando la disposición curvada de los mismos.
El arco se utilizaba en edificaciones auxiliares, estructuras subterráneas y de drenaje; fueron los romanos los primeros en usarlos en edificios monumentales, aunque se pensaba que los arquitectos romanos aprendieron su uso de los etruscos.
En la Edad Media, el uso del arco con dovelas de piedra alcanzó un elevado desarrollo técnico en la construcción de catedrales; todavía se usa hoy en día en algunas estructuras como en los puentes,[8] aunque con variados materiales.
Se puede afirmar que en la segunda mitad del siglo XVIII, la estabilidad del arco construido con fábrica estaba ya suficientemente resuelto a efectos prácticos y existían diversos métodos suficientemente desarrollados y tablas publicadas de uso relativamente sencillo.
[21] Tablas populares en la construcción empíricas de puentes europeos hasta la mitad del siglo XIX.
Las investigaciones que se hacen con las nuevas teorías, comprobando la eficiencia de los antiguos métodos empíricos, muestran como a pesar de ser básicamente incorrectas los resultados constructivos fueran tan sorprendentemente buenos.
En este punto las teorías elaboradas sobre arcos necesitaban de nuevas investigaciones científicas.
Cada estilo arquitectónico se ha caracterizado por un tipo propio de arco, cada época o cultura.
Los arcos conmemorativos son los monumentos erigidos para celebrar un acontecimiento de gran relevancia histórica, generalmente una importante victoria militar.
Normalmente, son grandes monumentos pétreos prismáticos, conformados a modo de una gran puerta rematada en forma arqueada.
[4] La complejidad de conocimientos y técnicas constructivas han ido creciendo con el tiempo por lo que ha sido necesaria la especialización.
Debido a su particular capacidad para transformar los empujes verticales del peso del edificio, en componentes más 'horizontales', se ha empleado como soporte, al mismo tiempo que forma de apertura de muros.