[5] Era un vetusto caserón cuadrangular, con un amplio patio y numerosas habitaciones que a mediados del siglo XIX estaba en un estado ruinoso.
[7] Ya que la ciudad no disponía de un arquitecto diocesano, el obispo Joan Baptista Grau i Vallespinós decidió encargar la construcción del nuevo palacio episcopal a su amigo Gaudí.
[10] Según Luis Alonso Luengo (Gaudí en Astorga, 1954), Gaudí fue nombrado arquitecto diocesano, cargo que le llevó a ejecutar pequeños proyectos en diversas iglesias rurales de la diócesis, especialmente en lo relativo a la liturgia.
[12] Las obras se adjudicaron por subasta pública al contratista astorgano Policarpo Arias Rodríguez.
Sin embargo, Gaudí decidió emplear en la obra obreros y albañiles catalanes que ya habían trabajado para él a fin de que durante sus ausencias la obra continuase de forma precisa según sus ideas.
Ese año falleció también el obispo Grau, al que Gaudí rindió homenaje diseñando su catafalco funerario.
En la intervención de Guereta se denota la influencia violletiana, especialmente en los chapiteles que coronan las torres laterales.
Tras su fallecimiento en 1960, el nuevo obispo, Marcelo González Martín, renunció finalmente a la función episcopal del palacio y promovió su reconversión a lo que es actualmente, el Museo de los Caminos, dedicado al Camino de Santiago.
[12] En las torres se encuentra el escudo del obispo Grau, con la leyenda Pax Christi in cordibus vestris y la letra griega tau, por Tarragona.
[21] A la fachada principal se accede por una escalinata circular situada en un puente sobre el foso.
El pórtico de entrada tiene tres grandes arcos abocinados, hechos con sillares separados entre sí por contrafuertes inclinados, con largas dovelas que recuerdan las masías catalanas del siglo XV.
Fueron elaboradas en 1913 por la Real Compañía Asturiana de Minas según un diseño original de Gaudí y se trasladaron a su ubicación actual en 1963, dos frente a la puerta principal y otra en el lado opuesto, sobre unos pedestales.
[15] Están realizados en zinc; uno de los ángeles sostiene una cruz procesional, otro un báculo y el tercero una mitra episcopal.
[12] Destaca la riqueza ornamental conseguida con diversos materiales (granito, ladrillo, yeso, mosaico, cerámica, esgrafiados, vidrieras), así como la fluidez espacial y la luminosidad que el arquitecto logró conferir al palacio.
[31] Siguiendo la escalera de caracol hay un entresuelo donde se ubicaba la cocina, la despensa y el lavadero.
[33] La estancia del obispo está formada por una antesala, la cámara que alberga la alcoba y una rotonda con el cuarto de baño.
En los años 1950 se reformó para situar una cocina y cuartos de baño.
De aquí se accede a las terrazas superiores, que destacan por sus balaustradas caladas.
También se halla en esta planta el retablo de Navianos atribuido a Berruguete.
[42] En la planta superior, habilitada en 1975, hay una exposición de artistas leoneses contemporáneos como Demetrio Monteserín, Andrés Viloria, Manuel Jular, Modesto Llamas, Mariano Ciagar, Eloy Vázquez, José Sánchez Carralero, Miguel Ángel Febrero, Marino Amaya, José Manuel Chamorro o Jesús Pombo, entre otros.