En esta posición, supervisó una persecución de disidentes llevada a cabo mediante arrestos masivos y la psiquiatría represiva.[2] En 1935, se casó con su primera esposa Nina Ivánovna Yengálycheva, con quien más tarde tuvo dos hijos (Yevguenia y Vladímir) y, un año más tarde empezaría su carrera como organizador del Komsomol.[5] En 1939, ingresó al Partido Comunista y luego de la Guerra de Invierno entre la Unión Soviética y Finlandia fue nombrado jefe del Komsomol en la recién creada República Socialista Soviética Carelo-Finesa.[7] Durante la Segunda Guerra Mundial, dirigió la guerrilla partisana en los territorios del norte ocupados por las tropas nazis.[2] Desde 1944 en adelante, dejó Komsomol por el trabajo en el Partido Comunista y en 1947, fue elegido Segundo Secretario del Comité Central del Partido Comunista de la República Socialista Soviética Carelo-Finesa.[14] Sin embargo, su mensaje fue destruido porque contradecía la teoría de conspiración fabricada por Andrópov.[14] Andrópov buscó lograr "la destrucción de la disidencia en todas sus formas" y siempre insistió en que "la lucha por los derechos humanos era parte de un amplio complot imperialista para socavar los cimientos del Estado soviético".[2] Pese a esto persiguió al poeta y futuro Premio Nobel de Literatura Joseph Brodsky, haciéndolo emigrar a Occidente bajo amenaza de meterlo en una psijushka, es decir un hospital psiquiátrico.[22] Tras la elección de Juan Pablo II como papa en 1978, Andrópov telefoneó al responsable del KGB en Varsovia echándole en cara cómo un ciudadano de un país comunista pudo haber sido elegido papa,[23] culpando este último al responsable en Roma.Esta teoría dio lugar a una amenaza real: un papa polaco desestabilizaría Polonia y socavaría la influencia soviética en toda Europa Oriental.Además, durante esos años el KGB recogía abundante información sobre la corrupción y, particularmente, la que se daba en la cúpula gobernante del país.Su nombramiento fue recibido en Occidente con aprensión, debido a sus papeles en ella KGB y en Hungría.En ese momento, su trasfondo personal era un misterio en Occidente, con los principales periódicos imprimiendo detallados perfiles sobre él que eran inconsistentes y en muchos casos fabricados.Sin embargo, es evidente que en cuestiones de principios, Andrópov mantenía una posición conservadora rígida.Más tarde, su hijo Ígor afirmó que a su padre le interesaba en especial el modelo social y económico sueco.La defensa antiaérea soviética confundió el avión civil con un avión espía estadounidense que llevaba un rumbo paralelo y ordenó el despegue de un caza interceptor desde la base Sókol en la isla de Sajalín.Pero a pesar de que el piloto trató de avisar a los surcoreanos por órdenes del mando terrestre, derribó al avión mediante dos impactos al no obtener respuesta.[38] Al mismo tiempo, algunos expertos, entre ellos el politólogo Serguéi Gavrov, creían que Andrópov podría convertirse en un "Deng Xiaoping ruso", si hubiera implementado las reformas necesarias para salvar a la Unión Soviética de su disolución.[36][2] Posteriormente sería sucedido por Konstantín Chernenko, en circunstancias que parecían repetirse a las del gobierno de Andrópov.Su primer matrimonio fue con Nina Ivánovna Yengálycheva (1915-1994) comenzó en 1935 y duró apenas hasta los años de la preguerra.[42] Su segundo matrimonio fue con Tatiana Filípovna Lébedeva, comenzó en 1940 y duró hasta su muerte en 1984.Con ella también tuvo dos hijos, Ígor (1941-2006) quien hizo la carrera diplomática y fue embajador soviético en Grecia[2] e Irina, nacida en 1946.Como jefe del KGB, Andrópov fue despiadado contra la disidencia, y el autor David Remnick, quien cubrió la Unión Soviética para The Washington Post en la década de 1980, lo llamó "profundamente corrupto, una bestia".