[2] Entre 1941 y 1944, la invasión alemana de la Unión Soviética provocó su disolución.
Como resultado, muchos países occidentales continuaron reconociendo a Lituania como un estado independiente, soberano de jure sujeto al derecho internacional, representado por las legaciones designadas por el Estados bálticos anteriores a 1940, que funcionaban en varios lugares a través del Servicio Diplomático de Lituania.
Entre 1918 y 1921 libró una guerra contra la recién proclamada República de Polonia, que había intentado anexionarse el Estado Lituano.
Los países occidentales consideraron esta anexión un acto ilegal (siguiendo la Doctrina Stimson), por lo que continuaron manteniendo relaciones diplomáticas con los representantes del gobierno de Lituania en el exilio, y no reconocieron a la RSS de Lituania como parte de la Unión Soviética.
[6] Esto era la mitad o menos del PIB per cápita de los países adyacentes Noruega ($ 18,470), Suecia ($ 17,680) y Finlandia ($ 16,868).
[8] Se calculó en 1995 que la ocupación resultó en 80 000 millones LTL (más de 23 000 millones euros) en pérdidas, incluidas pérdidas de población, militares y propiedades eclesiásticas y destrucción económica.