Oleg Kalugin

Esto tal vez estaba motivado en que, en ese momento, le era conveniente al líder soviético tener de su lado a individuos reformistas como Kalugin, justo en tiempos del intento de golpe de Estado llevado a cabo por la "vieja guardia" del Partido Comunista y por los miembros más "conservadores" y "reaccionarios" del cada vez más debilitado KGB.

Letonia y Lituania habían declarado su independencia, en un anticipo del trágico desmembramiento que muy pronto sufriría el resto de la propia URSS.

Según Kalugin, él nunca traicionó a ningún agente soviético, excepto a aquellos que ya eran conocidos por la inteligencia occidental (es decir, básicamente por la Agencia Central de Inteligencia estadounidense y por el MI6 británico).

Asimismo, en su momento criticó a los desertores del KGB como el coronel Oleg Gordievski, llamándolos "traidores".

En 1995 aceptó un puesto en la Universidad Católica de América y ha permanecido residiendo en los Estados Unidos desde entonces.

Instalado en Washington D. C., escribió un libro sobre sus actividades durante la Guerra Fría, titulado The First Directorate: My 32 years in intelligence and espionage against the West ("El Primer Directorio: Mis 32 años de inteligencia y espionaje contra Occidente").

Asimismo, ha aparecido con frecuencia en los medios de comunicación, y ha dado conferencias en varias universidades del país.

No obstante, como suele suceder en estos casos, el gobierno estadounidense se negó a extraditarlo.

Sigue siendo un crítico del presidente Vladímir Putin, a quien suele denominar como un "criminal de guerra".