Triatominae

[2]​[3]​ La mayoría están distribuidas a lo largo de América, con algunas pocas especies presentes en Asia, África y Australia.

Finalmente, el quinto estadio pasa a adulto adquiriendo dos pares de alas.

El aparato bucal, también llamado probóscide o rostro, facilita la tarea de chupar sangre en los triatominos.

Las mandíbulas ayudan a perforar la epidermis y los maxilares penetran en busca de un vaso capilar.

Una inspección rápida del rostro puede ayudar a distinguir un hemiptero triatomino de uno no hematófago.

Excepto la especie Triatoma espinolai, todas las formas adultas de triatominos son aladas.

Las alas posteriores que se doblan debajo de las primeras son delgadas y membranosas.

Los ocelos, junto con los ojos compuestos, regulan la respuesta fototáctica, es decir, los triatominos reconocen la iluminación del ambiente y responden a esta, generalmente evadiendo la luz intensa.

Cada unidad está constituida por una capa sencilla de células epiteliales que rodean un espacio central amplio.

A su vez, las unidades glandulares están cubiertas por una lámina basal gruesa que contiene aglomeraciones de células musculares.

Sobre la membrana celular sobresalen microvellosidades que incrementan la superficie de secreción hacia el espacio central.

Otras sustancias adicionales sirven para apaciguar la respuesta de dolor, inflamatoria e inmune del huésped.

La sangre ingerida pasa a la faringe, luego al esófago y se almacena en el estómago o promesenterón.

Eventualmente, la ingesta pasa al postmesenterón que consiste en una especie de "intestino delgado".

Finalmente, los restos de la ingesta, así como algunas bacterias simbiontes y parásitos tripanosómidos, son evacuados a través del recto.

Sin embargo, los tripomastigotes metacíclicos, las formas de T. cruzi que pueden infectar al huésped vertebrado, solo se desarrollan en el recto.

También se han conseguido otros géneros tales como Gordonia, Streptococcus, Staphylococcus, Corynebacterum, Mycobacterium, Pseudomonas y Eschericha.

[18]​ La ausencia de simbiontes (aposimbiosis) en el intestino de los triatominos tiene varios efectos deletéreos que incluyen: a) retardo en el desarrollo juvenil, b) incremento en la mortalidad juvenil, c) problemas para digerir la sangre y para defecar y d) reducción del sistema traqueal.

[20]​ Las bacterias modificadas genéticamente expresarían agentes capaces de inactivar los tripanosomas en el intestino del triatomino.

[21]​ Esta excesiva ingesta de líquido implica un eventual desequilibrio fisiológico y vulnerabilidad frente a sus depredadores.

Estos consisten en cuatro túbulos ciegos, delgados (30-100 μm) y relativamente largos (2-100 mm) embebidos en la hemolinfa del insecto que se conectan al recto a través de ampollas.

Las cuatro ampollas forman una especie de roseta alrededor en la conexión del tubo digestivo delgado con el recto.

Esta estrategia resulta conveniente dado que los triatominos pueden pasar semanas y hasta meses sin suministro (sanguíneo) de agua.

Las más estudiadas son las dos primeras, las cuales producen olores y sabores de beneficio para el insecto.

En las especies donde estas glándulas han sido descritas no se ha encontrado diferencia de talla entre hembras y machos.

Glándulas metasternales: Están ubicadas en la parte ventral del metatorax, tienen forma de pera y poseen un tubo sin ramificaciones cada una.

Su apertura es diminuta y puede observarse claramente en la parte lateral de la cavidad apofisea esternal.

[22]​ Los triatominos viven principalmente en domicilios de gente pobre, hechos con materiales rústicos y donde hay poca higiene.

La mayor parte de las especies están asociadas con vertebrados nidícolas y son llamadas triatominos silvestres.

Durante la noche los adultos de varias especies vuelan a domicilios humanos atraídos por la luz.

Rhodnius prolixus ninfas y adulto.
Segmentos de la antena de un triatomino.
Géneros más importantes epidemiológicamente.
Primer estadio de Triatoma infestans .
Órganos internos de Triatominae.