El artículo 4 del Tercer Convenio de Ginebra protege al personal militar capturado, algunos guerrilleros y ciertos civiles.
En un principio, los prisioneros de guerra eran sacrificados bárbaramente pero después se les redujo a esclavitud.
[2] Asimismo, los habitantes de las ciudades conquistadas eran masacrados con frecuencia durante las Cruzadas contra los musulmanes en los siglos XI y XII.
Durante las reformas tempranas del Islam, Mahoma cambió esta costumbre, y el gobierno islámico se hizo cargo de proveer alimentación y vestimenta en una cantidad razonable a los cautivos, sin importar cuál fuese su religión.
[5] Durante el siglo XIX, se incrementaron los esfuerzos para mejorar el tratamiento y el proceso de los prisioneros.
Un cartel era acordado usualmente por el servicio armado respectivo para el canje de personal del mismo rango.
[6] Las rendiciones individuales fueron poco frecuentes; una gran unidad se rendía generalmente con todos sus hombres.
El momento más peligroso era el acto de rendición, cuando soldados indefensos fueron ejecutados en algunas ocasiones.
[11] El caso más curioso se presentó en Rusia, donde los miembros de la Legión Checoslovaca de prisioneros checos (del ejército del Imperio Austrohúngaro) fueron liberados en 1917, armados y convertidos en una fuerza militar y diplomática durante la guerra civil rusa.
UU. y otros aliados occidentales, incluyendo a las tropas de origen judío.
Aunque era frecuente el racionamiento de los alimentos y las marchas forzadas para alejarlos del avance aliado, solo 8340 prisioneros occidentales (sin contar los franceses) murieron en cautiverio.
Un millón fueron liberados durante la guerra, muchos pasaron a formar parte de las fuerzas del Eje (como voluntarios u obligados (Hiwis)), 500 000 escaparon o fueron liberados por los aliados y 930 000 fueron encontrados con vida en los campos de prisioneros tras la guerra.
Según el historiador militar ruso, general Grigoriy Krivosheyev, unos 4 300 000 soviéticos fueron capturados, de los que 1 800 000 fueron encontrados con vida y 318 770 fueron liberados por el Eje durante la guerra, el resto murió.
Esto fue completamente distinto con los prisioneros chinos y norcoreanos en la guerra de Corea, donde se les hacía elegir entre volver a su país de origen o quedarse en Corea del Sur; la mitad eligió la segunda opción.
Según Krivosheyev, 4 126 964 soldados del Eje fueron hechos prisioneros por la URSS, de los cuales 580 548 murieron.