Luis Miguel Dominguín
Lideró el escalafón taurino tres años y salió por la puerta grande de Las Ventas en cinco ocasiones.[2] Tras lidiar quince novilladas el 5 de septiembre de 1943 se presentó en Madrid con picadores anunciado en cartel con Rafael Perea Boni y Angelete y lidió veinticinco novilladas más.En una misma faena –mismo toro lidiado– combinaba las artes más refinadas junto con el uso del capote y la muleta de forma despreocupada, creando de esta forma un estilo propio entre la pureza y la lejanía del estilo más artístico, hecho que generó controversias entre sus seguidores.[2][3] Fue además un banderillero discreto, suerte que empleó para dar redondez a las faenas.Salió cinco veces por la puerta grande de Las Ventas en los años 1946, 1948, 1949 en dos ocasiones y en 1960.[10] Trasladó el interés por la fiesta a ámbitos fuera del mundo taurino.Se trató de un personaje fundamental en la vida social de la dictadura y contó con amistades de personalidades tan dispares como Ortega y Gasset, Jean Cocteau, Sofía Loren, Salvador Dalí y Gala, el actor Yul Brynner, Claudia Cardinale, Truman Capote, Audrey Hepburn, Mel Ferrer o Hernando Santos Castillo (director del periódico colombiano El Tiempo), con Hemingway u Orson Wells.Defendió a su hermano Domingo, principal contribuyente del PCE durante la dictadura,[14] y mantuvo amistad con el Che Guevara quien, en una escala en Madrid, pidió ir a ver una corrida de toros, donde lidiaba éste.[19] En el año 1994 con motivo del quincuagésimo aniversario de la toma de la alternativa se le realizó un homenaje en Madrid a la que acudieron toda la dinastía del torero y amigos.Además, la prensa internacional dio cuenta de sus romances y galantería con actrices de Hollywood como María Félix, Lana Turner, Rita Hayworth, Marta Alban, Lauren Bacall, Cecilia Albéniz –nieta del compositor–, Rommy Schneider, Ira de Furstenberg o Miroslava Stern quien, según algunas fuentes[20] se suicidó por él.