Ignacio Allende

Durante su primera juventud mostró gran afición por las faenas del campo, el toreo y la charrería.

Primero en la Ciudad de México, luego en Jalapa, y por último en El Palmar, en Sonora.

En esta ocasión, organizadas por los corregidores de Querétaro, a las cuales asistió también el párroco de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla, así como los militares Mariano Abasolo y Juan Aldama.

Originalmente, el movimiento de independencia iba a ser encabezado por Allende y Aldama, pero una delación inoportuna cambió los planes y fue Miguel Hidalgo quien finalmente tuvo que dar inicio a la lucha el 16 de septiembre, en el poblado de Dolores, tras la proclamación del famoso grito.

Durante su estancia en su pueblo natal, Allende reprimió con especial dureza a varios miembros del populacho que amenazaban con saquear negocios y provocar desmanes, lo que le valió la censura del cura y el inicio de la primera de varias rencillas que se irían desarrollando a lo largo de la contienda.

Ante aquellos dramáticos sucesos, nuevamente se suscitaron las desavenencias entre Allende e Hidalgo, debido a la incapacidad de este para contener los desmanes cometidos por las tropas insurrectas.

Poco antes de dar inicio al combate, el sanmiguelense, fiel a su instrucción militar, había propuesto que sólo las tropas más experimentadas participasen en el combate; pero el párroco de Dolores se había negado tozudamente al respecto, empeñado en que los indígenas tomaran parte en la acción.

Mientras iban de regreso, el 7 de noviembre, las tropas realistas e insurgentes se encontraron por accidente y se batieron en la breve batalla de Aculco, donde las fuerzas del brigadier medinense infligieron una terrible derrota al ejército insurgente que provocó que casi todos huyeran en desbandada.

Pero no había recibido ninguna respuesta por parte del párroco, aumentando su frustración para con el dirigente de la insurgencia.

[6]​ En tanto que Hidalgo, confiado en la superioridad numérica, y aprovechando la gran influencia que ejercía sobre el resto de los mandos insurgentes, propuso salir y batirse contra los realistas, confiando erróneamente en que contaría con la ayuda del caudillo insurgente, Rafael Iriarte, a quien se le había encomendado mandar sus tropas desde Zacatecas para su auxilio.

[8]​ Tras la derrota en la batalla del Puente de Calderón, los insurgentes emprendieron la huida con rumbo hacia Aguascalientes.

Estando en Zacatecas, con un ejército diezmado, decidió marchar hacia el norte con rumbo a los Estados Unidos, para conseguir más dinero, armas y tropas; no sin antes nombrar a Rayón, el 16 de marzo de 1811, en la ciudad de Saltillo, como el nuevo jefe del ejército insurgente.

Una de las dos insignias gemelas de Ignacio Allende, la del águila mexicana, capturada por Félix María Calleja , durante la Batalla de Puente de Calderón, en la Guerra de Independencia. Fue regalada al rey Fernando VII como trofeo de guerra en 1814 y repatriada con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia de 2010.