Su hijo, José Antonio Torres Venegas, liberó la ciudad de Colima junto a Anastacio Brizuela, José Antonio Díaz e Ignacio Sandoval.
En sus andanzas, donde más tiempo permaneció fue en Michoacán y Nueva Galicia, ahí hizo muchos amigos que le fueron de gran ayuda en su lucha libertaria.
A pesar de tener una ventaja numérica, los insurgentes fueron vencidos por los realistas, al caer un petardo en el carretón de pólvora y municiones, originando una terrible explosión.
[3] Torres siguió manteniendo la lucha independentista en la zona de Nueva Galicia y Michoacán.
[4] Fue sentenciado a morir en la horca en Guadalajara el 23 de mayo, su cuerpo fue mutilado quedando expuesta su cabeza en el lugar del patíbulo durante cuarenta días,[5] su brazos fueron llevados a Zacoalco y Mexicaltzingo y sus piernas a las garitas de San Pedro y del Carmen.