Su larga carrera lírica profesional comenzó en 1945 pero recién despuntó en 1966 y su período mejor duró apenas una década.
Un crítico escribió "Si debo recomendar una atracción en la ciudad de Nueva York, Beverly Sills es la primera en mi lista".
Su madre era Shirley Bahn (nacida con el nombre de Sonia Markovna), y su padre Morris Silverman.
A la edad de tres años ganó "Miss Beautiful Baby", en la que cantó "The Wedding of Jack and Jill".
En 1938, apareció en un corto "Uncle Sol Solves it" y comenzó a tomar lecciones de canto con Estelle Liebling.
En 1945, Sills hizo su debut profesional en una gira de la compañía Gilbert y Sullivan cantando opereta durante varios años.
Su reputación se amplió con su actuación en el estreno de Douglas Stuart Moore, The Ballad of Baby Doe, en 1958.
Aunque la crítica la alabó por su técnica de coloratura y actuación, Sills no gustaba del papel.
Su actuación en el aria de Zerbinetta "Grossmächtige Prinzessin", cantada un tono más alto que el original, ganó una aclamación.
El título era apropiado porque Sills deliberadamente había limitado sus contratos de ultramar debido a su familia.
Otras óperas que cantó fueron La traviata, Lucia di Lammermoor, Thaïs, y Don Pasquale.
La admiraron en aquellos papeles por superar la ligereza de su voz con la interpretación dramática, aunque a un gran costo; Sills más tarde comentó respecto de su papel en Roberto Devereux que "Sus exigencias vocales acortaron mi carrera al menos cuatro años, pero la primera noche fue lo mejor que canté en toda mi vida".
Cantó en ciudades menos populosas y en conciertos para colegio, llevando su arte a muchos que nunca podrían verla sobre el escenario en una ópera organizada siendo fundamental en popularizar la ópera en su país más que cualquier otro cantante de su era por sus muchas apariciones en programas de entrevistas, incluyendo Johnny Carson, Dick Cavett, Michael Douglas, Carol Burnett y Dinah Shore.
Durante esa época, Sills también se dedicó a varias causas de las artes y organizaciones benéficas.