Vacuna contra la COVID-19

Las vacunas fueron presentadas por los medios como «muy efectivas» para evitar la infección y la propagación de los contagios.

[2]​ Debido a la alta frecuencia con que muta el virus SARS-CoV-2, la eficacia de las vacunas decrece rápidamente con el tiempo.

En 2020 se lanzó una carrera entre diversas empresas farmacéuticas y centros de investigación para producir vacunas que pusiesen fin a la pandemia.

Para febrero de 2021, diez vacunas habían sido autorizadas para uso público por al menos una autoridad reguladora competente.

[3]​ Las vacunas contra la COVID-19, se pueden clasificar según el vector que utilizan para introducir el material del SARS-CoV-2.

Mientras que las vacunas de adenovirus o coronavirus inactivados se conservan en refrigeradores, las de ARN mensajero requieren congeladores a -20 °C (Moderna) o incluso a -80 °C (Pfizer), lo cual complica su distribución.

Por el contrario, para los menores de 17 años sanos la OMS insta a los estados a que reconsideren la necesidad de vacunarlos dado el escaso beneficio sanitario que les aporta la vacuna.

[23]​ El desarrollo de las vacunas contra el COVID-19 fue el proceso por el cual varias empresas farmacéuticas y estados colaboraron y compitieron para llevar al mercado medicamentos que previniesen la enfermedad causada por el virus SARS-CoV-2.

[24]​ Los proyectos anteriores para desarrollar vacunas para los virus de la familia Coronaviridae que afectan a los humanos se han dirigido al síndrome respiratorio agudo grave (SARS)[25]​ y al síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).

[26]​ Las vacunas contra el SARS y el MERS se han probado en modelos animales no humanos.

[27]​[28]​ En 2020, no existe todavía una cura o vacuna protectora para el SARS que haya demostrado ser segura y efectiva en humanos.

[36]​ Muchas organizaciones están utilizando genomas publicados para desarrollar posibles vacunas contra el SARS-CoV-2.

[47]​ Otro ensayo aleatorizado en Australia está buscando inscribir a 4 170 trabajadores de la salud.

[48]​[49]​ Según lo informado por los científicos de la CEPI en abril de 2020, en total se encuentran 115 candidatos a vacunas en las primeras etapas de desarrollo, con 78 confirmados como proyectos activos (79, según el Instituto Milken), y otros 37 anunciados, pero con poca información pública disponible (se supone que está en planificación o en diseño).

[50]​[51]​ Un ensayo de Fase I-II lleva a cabo pruebas preliminares de seguridad e inmunogenicidad, generalmente es aleatorizado, controlado con placebo y en múltiples sitios, mientras determina dosis más precisas y efectivas.

[50]​[51]​ Es intensísima la investigación desplegada en todo el mundo en busca de vacunas eficaces frente a la COVID-19.

[60]​[52]​ El 2021 será un año de pandemia, el retorno a la normalidad no llegará para todos al mismo tiempo; ese retorno no será pronto y la clave estaría en la distribución de la vacuna.

No se sabe aún si las personas vacunadas pueden portar el virus y extenderlo [9].

[148]​ La inmunidad adquirida generada por las vacunas contra la COVID-19 es diferente según la plataforma utilizada y la exposición previa a la infección natural por el SARS-CoV-2.

[151]​ La mayoría de las personas infectadas con el SARS-CoV-2 desarrollan anticuerpos específicos contra ese virus.

[159]​ Según el CDC, los principales efectos adversos graves de las tres vacunas autorizadas en EE. UU.

(Moderna, Pfizer y Janssen) y su incidencia son:[160]​ Para la vacuna de AstraZeneca, el efecto adverso más notable es la trombosis, que ha causado 73 fallecimientos entre los 50 millones de vacunados en el Reino Unido, aunque no se han discriminado correctamente las patologías previas o asociadas.

[161]​ En 2023 se empezó a reportar en la comunidad médica que las vacunas fueron la causa de algunos casos de covid largo, una dolencia persistente que se caracteriza por fatiga, jaqueca, alteraciones cardiovasculares y niebla mental.

[163]​[164]​ En la Unión Europea se desconoce está situación dado que la ley exige responsabilidad civil.

Según la OMS, las vacunas COVID son en general seguras y eficaces en los niños y adolescentes pero les aportan escasos beneficios sanitarios porque el impacto de la infección en esta población es muy leve.

La encuesta también mostró una correlación positiva entre el nivel educativo y la voluntad de vacunarse.

[181]​ La Organización Mundial de la Salud se opone a la obligatoriedad de la vacuna contra la COVID-19 y pide que no se impida viajar a las personas no vacunadas.

[182]​ No obstante, algunos Estados soberanos han decretado la obligación de vacunarse para una parte de sus poblaciones: Varios países, territorios dependientes y zonas han implementado restricciones selectivas contra las personas no vacunadas mediante pasaportes inmunitarios.

En casi todos los casos, el pasaporte sanitario puede conseguirse mediante una prueba que demuestre que la persona no porta el SARS-CoV-2, virus causal de la COVID-19, pero algunos países, territorios dependientes y zonas como Italia no permiten esta vía de acceso al pasaporte.

[193]​ En algunos países, territorios dependientes y zonas, las restricciones asociadas al pasaporte sanitario son tan severas que equivalen a una obligación de facto.

Proporción de personas que recibieron al menos una dosis de las vacunas contra la COVID-19.
Una adulta mayor recibiendo una vacuna contra la COVID-19 en diciembre de 2020.
Video animado del SARS-CoV-2 .
Respuesta inmune a la Vacuna de ARN.
Los investigadores han calculado que las vacunas COVID-19 salvaron alrededor de 20 millones de vidas en todo el mundo durante el primer año de disponibilidad de la vacuna. [ 149 ]