Las reglamentaciones que rigen las NCF tienen por objeto principal disminuir los riesgos inherentes a toda producción farmacéutica.
Desde 1999, también existen las normas de correcta fabricación para fármacos y aditivos.
Por la Conferencia Internacional de armonización (ICH), las NCF se aplican en los países signatarios de la ICH (la Unión Europea, Japón y Estados Unidos) y en otros países (por ejemplo, Australia o Canadá) que adopten las normas ICH para la fabricación de materias primas.
Cuando cuenten con la homologación ISO 22716, se supondrá que los fabricantes cumplen dichas normas.
La norma contempla los pasos que van desde la recepción de las materias primas hasta su expedición.