Estos agentes son normalmente encontrados en la naturaleza, pero es posible que pudieran ser mutados o alterados para incrementar su habilidad de causar enfermedades, haciéndolos resistentes a medicamentos o incrementando su habilidad para esparcirse en el medio ambiente.
Los agentes biológicos pueden ser propagados a través del aire, agua, comida, etc.
El uso de agentes biológicos por los terroristas, se ha dado principalmente debido a que estos son difíciles de detectar y tardan varias horas o días en dar efecto a su enfermedad.
Un patógeno altamente relevante en este contexto es la Fiebre aftosa humana causada por un virus que puede causar daños económicos y preocupación pública, así como se presenció en el brote de fiebre aftosa del 2001 en el Reino Unido.
[4] En ese momento, Anton Dilger vivía en Alemania, pero en 1915 fue enviado a los Estados Unidos cargando cultivos de muermos, una enfermedad virulenta para caballos y mulas.
Schwander murió de causas naturales en 1974, mientras que Pera regresó a los Estados Unidos en 1975 y fue puesto bajo prueba.
En las grandes ciudades también se están estableciendo métodos para predecir el uso de agentes biológicos.
No obstante, tecnologías forenses están trabajando en la identificación de agentes biológicos, sus origines geográficos y su fuente inicial.
Los esfuerzos incluyen tecnologías para descontaminar sin causar daños adicionales al medio ambiente.
Explica como aun cuando este país esta mejor preparado para enfrentar un ataque terrorista ahora que hace diez años, el dinero disponible para enfrentar un ataque terrorista ha disminuido en los últimos tres años.
Obervando el reporte detallado del descenso en el presupuesto en los cincuenta y un estados de los Estados Unidos, Dr. Gupta dice que las ciudades no podrán distribuir las vacunas y tampoco podrán llevar la pista de los virus.
La televisora invitó al antiguo comisario de Nueva York, Howard Safir, para explicar como el gobierno fallaría combatiendo un ataque bioterrorista.
Dice Safir que la eficiencia en la preparación contra un ataque bioterrorista no es necesariamente una cuestión monetaria, más bien es dependiente de poner los recursos en los lugares correctos.
El sistema no solo data personas infectadas, también intenta rastrear el origen de los brotes.
Los investigadores están experimentando con dispositivos para detectar la existencia de una amenaza: Investigaciones recientes revelan que Fotodiodos de avalancha ultravioleta ofrecen grandes ganancias, confiabilidad y robustez necesaria para detectar ántrax y otros agentes utilizados en el bioterrorismo, en el aire.
El sistema trabaja rastreando síntomas de aquellas personas que vayan a emergencias —basándose en la localización del hospital al cual se está llevando y su dirección de casa— y asesorando cualquier patrón en los síntomas.
[44] Esto es una herramienta benéfica para pelear con el bioterrorismo mientras provea medios por los cuales estos ataques puedan ser descubiertos desde su nacimientos; asumiendo los ataques en resultado con síntomas similares entre la gente, esta estrategia permite a Nueva York responder inmediatamente a cualquier amenaza bioterrorista.
Históricamente, los gobiernos y autoridades han confiado en las cuarentenas para proteger a su población.
En julio del 2013, "Forbes" publicó un artículo con el título en inglés "Bioterrorism: A Dirty Little Threat With Huge Potential Consequences" ("Bioterrorismo: una pequeña amenaza con consecuencias de gran potencial").
[47] En febrero del 2014, el antiguo asistente especializado y director sénior para la política de biodefensa del Presidente George W. Bush, llamó al riesgo del bioterrorismo inminente e incierto[48] y el congresista Bill Pascrell llamó al aumento de medidas federales contra el bioterrorismo como "cuestión de vida o muerte".
[49] El periódico "The New York Times" escribió una historia diciendo que los Estados Unidos gastaría 40 millones de dólares para ayudar a ciertos países con bajo presupuesto para tratar la amenazas del bioterrorismo y enfermedades infecciosas.