Principales definiciones del concepto de sistema político expuestas cronológicamente.De esta forma, para Easton, lo que define a un sistema político es su función de distribuir valores que la sociedad considera útiles como el dinero, la educación, el poder, etcétera.[cita requerida] Su modelo principal estaba dirigido por una visión organicista de la política, como si ésta fuera un ser vivo.Los apoyos permiten buscar soluciones a las demandas que posibiliten su estabilidad.No entiende este concepto como mera estabilidad o mantenimiento del statu quo, sino la capacidad de adaptarse y evolucionar con el ambiente ("persistencia con cambio y a través del cambio").[7] Por otro lado, su continua dirección hacia la estabilidad y el aislamiento al que somete al sistema fracasa a la hora de explicar rupturas o conflicto y rechaza cualquier accidente o input exterior que pueda distorsionar el sistemas.Destaca también que su modelo de competencia y ajuste frente los cambios a los que se ve sometido el sistema no considera modelos estables a dichos cambios por la escasez de competición política (totalitarismos y distopías).Pese a no ser falseable, esta teoría influyó notablemente en la traducción pluralista en ciencia política hasta finales de los años sesenta donde destacan Harold Lasswell y Robert Dahl.En este concepto hay implícita la distinción entre dos grandes categorías de decisiones: las relativas a la coordinación o regulación de las relaciones entre los grupos particulares, y las correspondientes a las acciones colectivas que comprometen o movilizan a la totalidad de la sociedad global, siendo las segundas la que configuran el sistema político.[6] Gabriel Almond elucubró una definición propia del sistema político acorde con la teoría funcionalista:Las decisiones en el sistema se toman con base a estas informaciones, relacionadas con la memoria y los valores del sistema, simplificación de elementos que forman el sistema, y se traducen en unos determinados resultados o consecuencias que realimentan de nuevo el flujo de información.La mayor dificultad se concentra en saber elaborar un modelo sinérgico entre la exacta generalidad teórica y la efectiva realidad empírica.Este razonamiento queda reflejado en su obra Political Order in Changing Societies («El orden político en las sociedades en cambio»).Por otro lado, la participación puede ser baja, estando restringida a un pequeño grupo de personas que concentran el poder legitimado (élite burocrática, aristócrata, adinerada, racional, demagoga...); puede ser media, cuando los grupos de las clases medias acceden a la política; o puede ser alta, cuando a estos dos tipos de grupos sociales se suman los sectores populares.Esta hipótesis supone que existe una relación directamente proporcional entre la participación política y la institucionalización.El politólogo estadounidense David Ernest Apter conceptualiza los sistemas políticos conforme a dos variables: qué valores dictan las normas de una sociedad influyendo en el proceso de decisión y cómo se ejerce este poder legitimado o autoridad.[18] Los sistemas burocráticos son aquellos sistemas políticos en los que el proceso de decisión se realiza atendiendo a que la legitimidad aparece en virtud de normas ya establecidas e institucionalizadas a través la tradición como proceso racional.Los sistemas teocráticos son aquellos sistemas políticos en los que el proceso de decisión se produce basándose en normas ya establecidas e institucionalizadas según creencias de índole religioso o meramente ideológico.La forma de gobierno más idónea por definición para este sistema es la teocracia.