[24] El resto de la organización virreinal siguió intacta: Audiencia, gobernadores, intendentes y cabildos locales permanecieron en sus funciones.
[44] Se iniciaron contactos con el gobierno independiente de Chile y con los Estados Unidos, con quienes las relaciones fueron esencialmente comerciales.
[67] La oposición se había nucleado en la logia Lautaro, una sociedad secreta presidida por Carlos María de Alvear, con objetivos claramente independentistas, opuesta a la política del gobierno.
[69] El Segundo Triunvirato tuvo una actitud más decidida en la defensa militar: envió poderosos refuerzos tanto al Ejército del Norte como a las tropas estacionadas en la Banda Oriental.
[89] La logia Lautaro se dividió ante la nueva situación: la mayoría, dirigida por Alvear, sostenía la necesidad de negociar con Fernando VII.
San Martín lideraba la otra posición, que proponía declarar la independencia, reorganizar el ejército y combatir a los españoles.
[99] En marzo estallaron dos revoluciones federales, una en Santa Fe —donde asumió el gobierno al estanciero Francisco Candioti—[100] y otra en Córdoba, donde fue José Javier Díaz nombrado gobernador.
[108] Dos breves insurrecciones en Santiago del Estero fueron fácilmente dominadas y castigadas con la ejecución de su líder, Juan Francisco Borges.
[139] El gobierno federal cordobés fue depuesto, aunque la resistencia de caudillos menores en la provincia continuó por tres años más.
San Martín rechazó la orden y trasladó casi todas sus fuerzas a Chile, para organizar la campaña al Perú;[172] Belgrano ordenó la marcha del Ejército del Norte hacia Buenos Aires, aunque delegó el mando en Francisco Fernández de la Cruz por razones de salud.
[190] Al año siguiente, este rechazaría una última invasión realista, que no logró llegar hasta Jujuy.
[196] Cuando a fines de 1822 se produjo la segunda restauración absolutista, ya era demasiado tarde para nuevos esfuerzos reconquistadores.
[201] Al año siguiente, Sucre invadió y liberó el Alto Perú, región que optó por no reincorporarse a las desorganizadas Provincias Unidas, sino independizarse como República de Bolívar, la actual Bolivia.
[203] Por su parte, Rodríguez se concentró en lanzar campañas contra los indígenas durante las cuales fundó Tandil y Bahía Blanca.
[210] Durante su gestión se multiplicaron los periódicos, que defendieron las posiciones políticas, dejando de lado su función informativa.
Se gestó en ese momento el «modelo agroexportador», que dominaría la economía argentina hasta mediados del siglo XX.
La escuadra brasileña bloqueó el Río de la Plata, causando graves daños económicos a las Provincias Unidas.
[241] Las provincias le delegaron el manejo de las relaciones exteriores y, a iniciativa suya, se reunió en Santa Fe una Convención Nacional, aunque esta no logró avanzar en la organización del país.
[242] Dorrego pretendió continuar la guerra contra el Brasil y apoyó la conquista de las Misiones Orientales por Fructuoso Rivera.
[243] Pero su situación financiera era desesperada, y el Banco Nacional —por presión del embajador británico John Ponsonby— se negaba a prestarle dinero.
[257] A continuación firmó una serie de tratados con las provincias dominadas por los unitarios —Córdoba, Tucumán, Salta, Mendoza, San Juan, San Luis, La Rioja, Santiago del Estero y Catamarca— por los que se formaba la Liga Unitaria o del Interior; si bien no lo aclaraba explícitamente, la misma se proponía restablecer la constitución de 1826.
Bartolomé Mitre, en 1852, se refirió a este Pacto como “la única ley fundamental de la República, el único vínculo que ata a las Provincias Argentinas, la piedra angular sobre la cual se requiere hoy construir el edificio de la organización nacional”.
Así, dio paso a la integración política de las provincias que, en su mayoría, veía en el aislacionismo un gran peligro para su propio desarrollo.
[267] En 1833, Rosas emprendió una campaña contra las tribus indígenas en el sur de su provincia y el norte de la Patagonia, para terminar con los malones que asolaban la frontera e incorporar tierras para la ganadería; simultáneamente se realizaban campañas desde Mendoza, Córdoba y San Luis, con resultados muy limitados.
[280] En el orden interno, Rosas impuso la obligatoriedad de la divisa punzó, usualmente con la inscripción "Federación o muerte", y persiguió a sus enemigos políticos.
[282] Numerosos jueces fueron removidos, y Rosas se ocupó personalmente de las causas que consideraba importantes, casos para los cuales nombraba jueces ad hoc, bajo su supervisión personal; por ejemplo, en el juicio a los asesinos de Quiroga y sus instigadores, que fueron condenados a muerte.
[289] En 1837, la Argentina declaró la guerra a la Confederación Peruano-Boliviana, que se desarrolló exclusivamente en territorio de Jujuy y Salta.
[292] Los franceses ocuparon la isla de Martín García y forzaron la renuncia del presidente uruguayo Manuel Oribe, reemplazado por su rival Fructuoso Rivera.
[307] Sin apoyo naval, optó por retirarse hacia Córdoba, al encuentro de Lamadrid; pero fue alcanzado y derrotado en Quebracho Herrado.
El foquero argentino Spiritu Santo al mando del capitán Carlos Tidblom, o Timdblon, fue seguido en septiembre de 1819 desde las islas Malvinas por el brig estadounidense Hercilia, al mando de Nathaniel Palmer, que lo alcanzó en la isla Decepción en las Shetland del Sur.