Sitio de Baler

Tras la caída de Manila en manos estadounidenses, en agosto, las autoridades españolas mandaron repetidamente misivas y enviados para lograr su rendición, igualmente sin conseguirlo.

[7]​ Aunque el levantamiento fue inmediatamente sofocado, en días posteriores se sucedieron las escaramuzas entre katipuneros y tropas españolas en otros arrabales de Manila, en San Juan del Monte... que no tuvieron éxito.

Martín Cerezo escribió El Sitio de Baler, obra publicada en 1904, que conoció otras tres ediciones durante la primera mitad del siglo XX y fue traducida al inglés en 1909.

No existen discrepancias esenciales entre ambas fuentes primarias, si bien la primera se centra en los aspectos militares del asedio, en tanto que la segunda introduce datos humanos de gran interés.

Mientras, Gómez Carreño volvía a la iglesia encontrándose en el camino al cabo de la Guardia Civil Pío Enrique, que huía del ataque.

El teniente Mota se había quitado la vida, pensando que todo estaba perdido, utilizando la pistola del religioso.

Sin embargo, poco después fueron capturados por los katipuneros y llevados a su campamento en las montañas, 20 km al sur de Baler.

El destacamento español desconocía las noticias sobre la firma del pacto de Biak-na-Bató y, al menos en un primer momento, tampoco Luna Novicio.

[58]​ En cuanto la marea lo permitió, las tropas de Génova y Roldán partieron hacia Manila en la embarcación que había traído a los oficiales.

Las Morenas le asignó cinco hombres y al poco tiempo encontraron agua en abundancia a cuatro metros de profundidad.

Las dos puertas de la iglesia fueron tapiadas: se dejaron únicamente aspilleras para poder disparar, al igual que en las seis ventanas del edificio.

[86]​ En la iglesia habían encontrado varios cañones viejos, posiblemente no más que culebrinas,[69]​ pero sin accesorios ni carro para transportarlos.

En París, mientras tanto, una vez acordados los términos de la paz relativos a Cuba y Puerto Rico, comenzaron las negociaciones en relación con Filipinas.

Durante la primera quincena de noviembre murieron cuatro soldados: Juan Fuentes Damián, Baldomero Larrode Paracuellos, Manuel Navarro León y Pedro Izquierdo Arnáiz.

Finalmente, la madrugada del 22 falleció, después de llevar tres semanas sin comer y haber perdido el conocimiento.

Para evitar tentaciones, el teniente ordenó retirarse al interior, procurando los soldados distraerse con distintos recursos como las oraciones o cánticos.

[126]​ Tal como narra Martín Cerezo, al día siguiente los filipinos llamaron a parlamentar, para lo que un enviado les entregó tres cartas.

Con dos acompañantes y vestido de paisano, llegó dos semanas después a Baler, por tierra, cuando ya había estallado la Guerra Filipino-Estadounidense.

Martín Cerezo abrió un juicio sumario y Menache, un vagabundo que tras ser encarcelado había sido enviado con el ejército a Filipinas, aunque al principio lo negó todo, acabó confesando.

Aunque en aquella situación podía haber ordenado una ejecución sumaria, decidió encerrar y encadenar a los desertores en el baptisterio.

[160]​ Por orden de Aguinaldo, Gillmore y sus hombres fueron conducidos a San Isidro, donde se encontraba en aquel momento el cuartel general del líder filipino.

[165]​ A partir del inicio de mayo, los ataques se convirtieron en diarios, resultando herido leve otro soldado, Pedro Planas Basagañas.

[166]​ Los disparos eran constantes y tenían como fin evitar que los tiradores españoles causaran bajas entre los artilleros de las baterías filipinas.

Por otra parte, según lo convenido, el buque apareció la mañana del 30 de mayo e hizo dos disparos, tras lo cual Aguilar volvió a presentarse ante los sitiados.

Esa noche, los filipinos reforzaron la guardia y aunque no había luna, el cielo estaba despejado, por lo que los españoles decidieron posponer la acción.

Durante la noche del día 11, Martín Cerezo vio, mientras está mirando por la ventana, cómo se acercaba Herrero López, uno de los desertores.

Momentos después, oyó ruidos de forcejeos y disparos en la habitación contigua, que ocupaba Vigil junto con tres soldados.

[200]​ Al estar la línea férrea cortada antes de San Fernando, en manos estadounidenses, la expedición tuvo que hacer un alto en Ángeles.

Al día siguiente salieron hacia San Fernando en carruajes, deteniéndose antes de llegar en Bacolor, pues había que negociar con los estadounidenses el paso por la ciudad, ocupada por estos.

La obra, realizada por el escultor Salvador Amaya a partir de un boceto del pintor Augusto Ferrer-Dalmau, fue financiada por suscripción popular.

Emilio Aguinaldo , líder de la revolución filipina y primer presidente de la República de Filipinas.
Insurrectos filipinos en 1899.
Situación de Baler respecto a Manila y Casigurán .
A la izquierda, el médico Rogelio Vigil de Quiñones . En el centro, de pie, el cabo Jesús García Quijano . A la derecha, el segundo teniente Saturnino Martín Cerezo . Fotografía tomada el 2 de septiembre de 1899 en Barcelona , tras el regreso del destacamento a España, y aparecida en el artículo "Los héroes de Baler", publicado en el número 19 de Iris. Revista Semanal Ilustrada . El pie de foto dice: «El médico D. Rogelio Vigil de Quiñones. El segundo teniente D. Saturnino Martín Cerezo. El asistente del teniente».
Flechero perteneciente a las fuerzas sitiadoras de la iglesia de Baler. Fotografía tomada el 29 de mayo de 1899 y aparecida en el artículo «El destacamento de Baler», publicado en La Ilustración Artística el 11 de septiembre del mismo año. El pie de foto dice: «Guerra de Filipinas. Flechero filipino de Baler (de fotografía, propiedad de M. Arias y Rodríguez, de Manila)».
Guardias cebuanos de principios del siglo XX portando diversos tipos de bolos .
Réplica [ 45 ] ​ de la casa de Lucio Quezón en el Quezon Memorial Park, situado en el centro de Baler.
Negociadores filipinos del pacto de Biak-na-Bató (Emilio Aguinaldo, sentado, a la derecha).
Retrato del capitán de Infantería Enrique de las Morenas y Fossi aparecido en la revista Blanco y Negro el 20 de mayo de 1899 (en España se desconocía su suerte). Las Morenas fue gobernador político-militar de El Príncipe desde febrero de 1899. Murió durante el sitio de Baler.
Portada de la revista estadounidense Puck (16 de noviembre de 1896). En ella, la reina María Cristina trata de sujetar a dos niños, Cuba e Islas Filipinas, que tratan de liberarse.
Situación de las zonas de reclutamiento conocidas por el destacamento de Baler : municipios de Carranglán , Pantabangán y Bongabon en Nueva Écija.
Batalla de la bahía de Manila, 1 de mayo de 1898 , [ nota 4 ] ​ de J.G. Tyler. A la izquierda (de izquierda a derecha), los navíos españoles Don Antonio de Ulloa , Castilla y Reina Cristina . A la derecha (de izquierda a derecha), USS Boston , USS Baltimore y USS Olympia .
Casa de Emilio Aguinaldo en Cavite el Viejo, desde cuyo balcón se proclamó la independencia filipina el 12 de junio de 1898.
Plano de la iglesia durante el asedio:
1. Puerta principal
2. Baptisterio (en cuya pared se abrieron tres aspilleras )
3. Puerta lateral (hacia el camino que iba al río)
4. Entrada a las trincheras que protegían las puertas
5. Huerto
6. Línea del coro
7. Altar mayor
8. Puerta de acceso a la sacristía
9. Sacristía (con pared totalmente aspillerada)
10. Puerta de la sacristía al corral
11. Boquete de acceso al foso de la trinchera de la sacristía
12. Paso del primer patio (donde se hallaba el «convento») al corral (o segundo patio)
13. Pozo construido por los defensores
14. Letrina construida en una de las ventanas
15. Urinario
16. Patio de aseo embaldosado
17. Trinchera con foso protegiendo las puertas de la iglesia
18. Ventanas aspilleradas
19. Horno de pan y cocina
20. Barandilla del presbiterio
21. Parapetos construidos encima de los muros de la iglesia
22. Pozo de aguas negras
23. Entrada al antiguo convento (terraplenada por el interior)
24. Trinchera protegiendo la puerta de la sacristía
25. Foso y trinchera sobre el muro de la sacristía
Prisioneros de guerra españoles en manos estadounidenses en Manila tras la capitulación de la capital filipina.
Fotografía tomada el 29 de mayo de 1899 y aparecida en el artículo «El destacamento de Baler», publicado en La Ilustración Artística el 11 de septiembre del mismo año. El pie de foto dice: «Guerra de Filipinas. Baler. Casa habitada por el tenientecoronel del ejército filipino Sr. Texón y parte de la fuerza á sus órdenes (de fotografía, propiedad de M. Arias y Rodríguez, de Manila».
El teniente Saturnino Martín Cerezo se hizo cargo del mando a la muerte del teniente Alonso Zayas.
Apertura del Congreso de Malolos en la iglesia de Barásoain en Malolos el 15 de septiembre de 1899.
Portada de la revista estadounidense Harper's Weekly del 27 de agosto de 1898. La ilustración, titulada «La nueva clase en el arte de la autodeterminación del Tío Sam », muestra al Tío Sam golpeando a dos niños que se pelean, «Expatriota cubano» y «Guerrilla», mientras que el general cubano Máximo Gómez permanece sentado leyendo un libro, Emilio Aguinaldo está castigado en la parte de atrás de la clase portando un capirote y Hawái y Puerto Rico están de pie en un lateral leyendo.
A finales de febrero, una manada de carabaos irrumpió en el espacio entre las trincheras españolas y filipinas. En la imagen, un carabao usado como bestia de carga durante la Guerra Filipino-Estadounidense .
El 11 de abril, Jules Cambon , embajador francés en Washington firmó, en nombre del gobierno español, la ratificación del Tratado de París , ratificado por la reina María Cristina el 19 de marzo. La firma tuvo lugar en el Dormitorio Lincoln de la Casa Blanca , sobre el Escritorio Resolute .
El cañonero estadounidense Yorktown (c. 1890–1901). Fue enviado a la bahía de Baler en abril de 1899 para conseguir la rendición de la guarnición española y transportarla de vuelta a Manila.
Fotografía tomada el 29 de mayo de 1899 y aparecida en el artículo «El destacamento de Baler», publicado en La Ilustración Artística el 11 de septiembre del mismo año. El pie de foto dice: «Guerra de Filipinas. Avanzadilla de reclutas filipinos frente a la plaza de Baler (mayo de 1899, La Ilustración Artística, M. Arias y Rodríguez)».
Teniente estadounidense J.C. Gillmore, capturado por los insurrectos filipinos en la operación para rescatar a los sitiados españoles en Baler.
Fotografía tomada el 29 de mayo de 1899 y aparecida en el artículo «El destacamento de Baler», publicado en La Ilustración Artística el 11 de septiembre del mismo año. El pie de foto dice: «Guerra de Filipinas. Calle principal del pueblo de Baler. El teniente coronel Sr. Aguilar dirigiéndose á parlamentar con el destacamento español (de fotografía, propiedad de M. Arias y Rodríguez, de Manila)».
Hilaria del Rosario Aguinaldo, mujer de Emilio Aguinaldo, fundadora de las Hijas de la Revolución , convertida más tarde en la Asociación de la Cruz Roja .
Los supervivientes del destacamento de Baler fotografiados el 2 de septiembre de 1899 en el patio del cuartel Jaime I de Barcelona (actualmente un campus de la Universidad Pompeu Fabra ).
Traslado de los restos de los marineros del crucero Reina Cristina , hundido en la Batalla de Cavite a la iglesia de San Agustín de Manila , donde ya se hallaban los restos de los fallecidos en el Sitio de Baler. fotografiado el 14 de febrero de 1904.
Fotografía aparecida en el artículo "Manila. Traslación de los restos de los héroes de Cavite y de Baler", publicado en La Ilustración Artística de Barcelona el 4 de abril de 1904. El pie de foto dice: Traslación de los restos de los héroes de Cavite y de Baler (de fotografía remitida por D. Vicente Arias y Fernández).
Aspecto actual de la iglesia, tras ser reconstruida en 1939 por iniciativa de Aurora Quezón , la esposa del primer presidente de la Mancomunidad de Filipinas y balerense como ella, Manuel Quezón . En la fachada, a la derecha de su puerta principal, existe una placa en recuerdo del asedio.
Primera página de Under the Red and Gold (1909).
España y Filipinas , cuadro de Juan Luna .
Supervivientes de la guarnición de Baler fotografiados en el patio del Palacio de Santa Potenciana ( Under the red and gold: being notes and recollections of the siege of Baler (1909), traducción al inglés de la obra de Saturnino Martín Cerezo). El doctor Vigil de Quiñones no aparece en la foto.