Choque circulatorio

El choque circulatorio, también llamado shock circulatorio, es un estado fisiológico en el que, en etapas iniciales, la perfusión (el intercambio gaseoso) de los tejidos es insuficiente para cubrir la demanda de oxígeno y nutrientes para la respiración aeróbica celular.Puede tener una gran variedad de efectos, todos ellos con desenlaces similares, pero en esencia todos relacionados con un problema del aparato circulatorio; por ejemplo, puede conducir a la hipoxemia (falta de oxígeno en la sangre arterial) y, por ende, al paro cardíaco.El déficit se hace crítico y esta comienza a tener problemas para mantener su funcionamiento e integridad.En caso de insuficiencia respiratoria puede ser necesaria la intubación y ventilación mecánica.Sin embargo, el primer escritor inglés que utilizó la palabra shock en su connotación actual fue James Latta, en 1795.Antes de la Primera Guerra Mundial, había varias hipótesis que competían entre sí sobre la fisiopatología del shock.[7]​[8]​ En 1972, Hinshaw y Cox propusieron el sistema de clasificación del choque que se sigue utilizando en la actualidad.
Escenario ficticio, sobre el tratamiento de un paciente de emergencia, por parte de un equipo de rescate del servicio de socorro de Malteser.