Batalla de Cepeda (1859)

La Confederación, además, tenía serios problemas económicos que no lograba resolver; el comercio exterior seguía pasando casi exclusivamente por la aduana de Buenos Aires, que era ―por mucho― la mayor fuente de ingresos fiscales del país.De modo que no podía sostener esa situación por mucho tiempo más.[8]​ Ante la inminencia del conflicto, Estados Unidos, Inglaterra, Brasil y Paraguay trataron de interceder amistosamente.El propio Urquiza, que desde 1852 había intentado negociar siempre, estaba ahora particularmente furioso por el asesinato de Benavídez y por la apología del crimen que habían cometido varios periódicos porteños.Tras un breve combate naval, la escuadra federal apareció frente a Buenos Aires; la guerra había comenzado.En los primeros momentos, los porteños lograron detener el avance de la infantería nacional, pero enseguida Urquiza desplegó su experimentada caballería en dos alas, rodeó la formación porteña y atacó a su caballería.Simultáneamente, parte de la infantería federal logró destruir tres batallones porteños, formados por tropas bisoñas.En el momento en que se ponía el sol, Mitre intentó girar un cuarto de vuelta su formación, desorganizándola.Mitre lo hizo tapar con el Himno nacional argentino y otras piezas de música ejecutadas por su banda, mientras pasaba revista a sus tropas en la oscuridad.No necesitó mucho para saber que le quedaban muy pocas municiones.Del bando porteño 100 hombres perdieron la vida, otros 90 fueron heridos y 2000 prisioneros, entre los cuales 21 eran oficiales.Los federales tirotearon a los porteños, pero los tiradores de Mitre contestaron el fuego y la marcha prosiguió.Los indios aliados de Urquiza presionaron sobre las fronteras, y efímeramente lograron controlar algunos pueblos importantes, pero en definitiva fueron derrotados.Alsina decidió no aceptar ninguna negociación, pero sus aliados lo dejaron solo y debió renunciar.Este impuso su dominación por medios violentos y se hizo elegir presidente en 1862.