Las tropas del ejército de Buenos Aires comenzaron a moverse hacia Rosario limpiando la zona de todo hombre con edad de combatir.
Sobre la noche del 22 de noviembre de 1861, mientras las guarniciones federales dormían, las legiones del ejército unitario comandadas por Venancio Flores realizaron un ataque sorpresivo pasando a degüello a más 300 hombres.
[1][5] Sobre los hechos, Juan Andrés Gelly y Obes ―ministro de Guerra del general Mitre― le informó al gobernador delegado Manuel Ocampo: Los que no sucumbieron durante esa noche fueron incorporados al ejército mitrista, pero desertaron en la primera ocasión.
Por lo tanto en adelante ya no habría más incorporaciones forzosas, sino que todos los prisioneros federales serían degollados.
[4] Entre los federales que salvaron su vida el día de la matanza se encontraban: Entre las víctimas pasadas a deguello se encontraban: