Durante el mes de diciembre los mismos buques de Córdova sufren numerosos daños causados por nuevos temporales, que obligan finalmente a Córdova en entrar en Cádiz.
En febrero de 1780 vuelve al servicio activo, quedando disponible en La Carraca.
Tuvo que regresar a la Habana para reparar la rotura del palo bauprés.
Se incorpora a la escuadra de evoluciones del mando del jefe de escuadra José de Córdova y Ramos, quedando formada por siete navíos, quedando como buque insignia el San Agustín, dos fragatas, tres bergantines y una balandra.
Se realizó una nueva salida en julio, navegando en el Mediterráneo hasta finalizar la campaña en el mes de octubre.
Al salir del arsenal es destinado a Cartagena, donde queda encuadrado.
En febrero de 1790 es puesto al mando del brigadier Pablo Obando.
Durante esta campaña realiza patrullas en las aguas gallegas de Finisterre y la costa africana.
Los dos años siguientes estuvo en Cartagena desarmado y al mando del mismo comandante.
Apoya las operaciones en las riberas del Var a los ejércitos piamonteses y napolitanos.
El día siguiente, por haber concedido el comandante de la escuadra el mando del San Francisco de Asís al brigadier Luis Villabriga, el capitán Orozco se hacer cargo del navío Gallardo.
Seguía al mando del capitán de navío Estanislado Juez Sarmiento.
Con la colaboración de la fragata Santa Catalina, represa a unos corsarios franceses la fragata mercante británica Fame y el bergantín Príncipe Indio (sic) que son llevados a Cádiz.
Previamente, en compañía del navío San Agustín, realiza una escala en el puerto de Santander para desembarcar tropas.
Con la división del teniente general Domingo de Nava acude al socorro del navío Santísima Trinidad, que es cañoneado por unidades británicas en cabo Cantín, entrando con el navío en Cádiz.
[2] La escuadra española de Mazarredo queda bloqueada en Cádiz por la británica al mando del almirante John Jervis.
En diciembre de 1798, junto a los navíos Soberano, Neptuno y Príncipe de Asturias, estuvo designado para llevar tropas a América, cuya partida estaba programada para el 20 de diciembre, pero finalmente no se llevó a efecto.
La flota española estaba incorporada como escuadra de observación a la francesa del almirante Louis Thomas Villaret-Joyeuse.
En 1802, por muy poco tiempo, estuvo al mando del teniente de navío Anselmo Gomendio.
Siete días después es destinado a la división al mando del brigadier Dionisio Alcalá Galiano para situarse en la boca del puerto junto a otra división francesa.
La división española contaba además con los navíos Bahama, San Leandro, Monarca y Montañés.
[2][5] Posteriormente participó en la Batalla de Trafalgar bajo al mando del capitán Flórez.
No tuvo mucha relevancia a causa de su posición desfavorable en el transcurso del combate.
Tras la batalla y después de reparar algunas de las mínimas averías causadas a lo largo del combate,[7] vuelve a salir junto a varios navíos españoles y franceses para tratar de represar los buques capturados por los ingleses, consiguiendo represar al Santa Ana y Neptuno.