Esta era un insecto muy apreciado, porque con él se elaboraba una tintura color grana o roja utilizada en los textiles.
A cambio de eso, recibían productos como cacao, algodón, chile, vainilla, plumas, tabaco, cera y miel.
El mercado de Ocotelulco era el principal centro comercial donde, según las crónicas, unas 20 mil personas acudían diario para, a través del trueque o la moneda, traficar con productos como cacao y pequeñas mantas de algodón traídas por los mayas.
Por este motivo en Tlaxcala faltaron cacao, oro, plumas, algodón y sal por más de 60 años.
El tlatoani (plural: tlatoque) era el rango más alto dentro de la nobleza y correspondía a los señores de las cabeceras; pero aun entre ellos se distinguían Xicohténcatl y Maxixcatzin, señores de Tizatlán y Ocotelulco, a los que se llamaba tlatoque huelmoquiltonohua, es decir, señores que tenían más gente que ningún otro.
Este nombre significa literalmente “nietos”, lo cual indica que eran parientes remotos de sus señores.
Entre ellos había también cierta diferencia social basada en las distintas ocupaciones o en la naturaleza de la persona a la que pagaban tributo.
El calpolli tenía importancia no solo familiar sino militar, política y religiosa.
Todos los hombres que pertenecían al mismo calpulli debían combatir juntos, conducidos por sus jefes.
Por ello ese nombre se le quedó a toda la provincia y luego, al fundarse la ciudad española; fue llamado Tlaxcala.
Desde niños, se inculcaba a los tlaxcaltecas el espíritu guerrero y se les adiestraba poco a poco en el manejo de las armas, la carrera militar otorgaba un gran prestigio y los guerreros que lograban capturar un mayor número de prisioneros recibían honores.
Además, se pensaba que si el guerrero moría en combate su alma iba a un paraíso especial.
Los tlaxcaltecas, ante eso, adoptaron una técnica defensiva: rodearon la provincia con grandes fosos, fuertes guarniciones, y sobre todo la protegieron con su famosa muralla.
Estos últimos, por su lado, se enfrentaron a Tlaxcala en dos grandes guerras, entraron en su territorio y causaron muchos estragos como represalia, los tlaxcaltecas invadieron Huexotzinco, quemaron las cosechas y arrinconaron a sus enemigos en lo alto de la sierra Nevada.
Moctezuma II, enojado por la muerte de su hijo, prosiguió la guerra contra Tlaxcala, la cual siempre era auxiliada por sus aliados, los otomíes.
Como recompensa a su fidelidad, muchos señores tlaxcaltecas casaron capitanes con hijas otomíes.
Resistieron en un principio a los españoles y habiendo sido vencidos por éstos se les unieron finalmente en su lucha contra el poderoso señorío mexica.
La religión fue muy importante en la vida tlaxcalteca prehispánica e influía en las personas desde que nacían hasta su muerte.
El horizontal se extendía hacia los cuatro puntos cardinales, cada uno de los cuales estaba dominado por ciertos dioses.
Su cuerpo estaba decorado de arriba abajo con líneas blancas, y una piedra transparente adornaba su nariz.
Debajo del brazo llevaba unas pieles de conejo, en la mano derecha una canasta con comida y, en la izquierda, un arco con flechas.
Se estima que el templo mayor dedicado a este dios estaba en Ocotelulco; era muy hermoso, circular y cubierto de paja.
En él se encontraba la estatua de Camaxtli (que Moctezuma II intentó llevarse varias veces sin éxito) y delante de ello había plumas preciosas, algunas flechas viejas, un arco pequeño y otros objetos que se supone poseía el dios cuando guiaba a los chichimecas en su peregrinación.
Creían también en una leyenda llamado de los cinco soles o edades por los que había atravesado el mundo.
En sus templos siempre tenían encendido fuego y quemaban copal o tabaco molido para honrar a sus dioses.
Para elaborar su calendario, se basaron en cálculos matemáticos y en observaciones astronómicas que regían, en buena medida, los destinos de la población.
Tepeticpac, el primer señorío que se fundó, tenía un palacio y distaba ocho kilómetros de Tizatlán.
En este lugar se localizaron los vestigios del antiguo teocalli o templo, cuyos altares están decorados con jeroglíficos.
Tenía un espacioso mercado, un templo que quizá era el mayor en la provincia y un palacio con muchas instalaciones anexas, incluida una casado fieras.
Los metales preciosos como el oro y la plata no fueron muy comunes en la región, los obtenían de otros pueblos, por medio del comercio.