Se construía con el tronco de un árbol ahuecado, colocado verticalmente y abierto en el fondo.
Se sustentaba en tres soportes tallados en la base, en la que contaba con ranuras.
Al igual que el teponaxtle, tenía talladas figuras y leyendas alusivas a los ritos a que se destinaba, o bien figuras humanas, zoomorfas o geométricas.
Se utilizaba generalmente la madera de sabino o ahuehuete, pues este árbol tarda mucho tiempo en crecer, por lo que era muy respetable el trabajo del que fabricaba un huéhuetl.
En algunas zonas, como Tlaxcala y Puebla (México), se le llama «teponaxtle», aunque desde el punto de vista organológico son instrumentos distintos.