En 1945, junto a Egipto, Siria, Líbano, Jordania y Arabia Saudí, el reino yemení forma la Liga Árabe.
La intención de Yahya Ibn al-Husayn era convertir la monarquía, que hasta entonces había sido electiva, en hereditaria, imponiendo como su sucesor a su hijo Ahmad.
Como respuesta, los ingleses y franceses se implicaron para evitar que Rusia tomase el control del Imperio Otomano.
[1] En este contexto, Yemen vuelve a tomar protagonismo y atraer el interés de las potencias.
La campaña contra las tropas de Mehmet Alí se traslada a Yemen y la East India Company toma el control del puerto de Adén en 1839, que mantendrían durante 128 años.
Además, aumentó la cantidad de enfrentamientos armados y conflictos entre los diferentes candidatos al poder.
No fue hasta 23 años después que lograron tomar el control de la capital.
[1] En 1911, tras un nuevo alzamiento coincidente con la guerra italo-turca después del ataque italiano en Libia, se firma el Tratado de Daan.
El Tratado de Daan otorgaba una nueva autonomía al imán, permitiéndole recaudar impuestos, controlar el waqf y nombrar autoridades religiosas, convirtiendo a Saná en algo parecido a un condominio.
No solo mantenían vínculos con los italianos, sino con el bando aliado en general: algunos idrisíes habían, incluso, recibido entrenamiento militar de británicos.
[1] En 1923, con la muerte del emir Muhamad ibn Alí al-Idrisi, los británicos dejaron de apoyar su causa y las fuerzas saudíes ocuparon el vacío que había dejado detrás la desaparición del emirato, anexionándolo como Estado saudí en 1930.
Entre la oposición, destacaron el poeta Muhamad al-Zubayiri y Ahmad Numan, un propietario suní de las montañas del sur que fundó su propia escuela privada, la primera escuela secular de Yemen.
Tras fracasar en sus intentos de generar cambios en el Reino Mutawakkilita, decidieron partir hacia Adén.
Esta situación estaba a tono con el resto del mundo árabe, donde abundaban los golpes de Estado y los atentados en la época.
Durante estos periodos, estaba ausente y no se podía esperar ninguna acción por su parte.
[5] Más allá de la tiranía del imán, el reino se enfrentaba a otros problemas: la pobreza seguía castigando el país, y algunos mendigos llegaron hasta Adén, hambrientos como consecuencia de una sequía.
[1] La epidemia de tifus que azotó el reino en 1942 desbordó los dispositivos sanitarios británicos en Yemen.
Esta crisis provocó el éxodo de la comunidad judía yemení, que llegó como refugiada al protectorado británico.
Sin embargo, esto no duró mucho: Siria abandonó la RAU tras un golpe de Estado contra el mariscal Abdel al-Hakim Amer en 1961.
Poco después, Yemen abandonó la EUA, denunciando que las políticas socializantes de Nasser eran contrarias al islam.
[1] Las tensiones escalaron, y sólo en 1961 se produjeron siete atentados contra el imán, dejándolo uno de ellos prácticamente en estado vegetativo.
Durante su regencia, se organizó otro golpe de estado dirigido por el coronel Abdulá al-Salal.
En ella, combatieron las fuerzas republicanas yemeníes, respaldadas por Egipto, contra los partidarios monárquicos del imán depuesto, apoyados por Arabia Saudí y Jordania.
[6] Las pérdidas no sólo fueron humanas, sino también económicas: se estimaba que cada día de combate le costaba a Egipto medio millón de dólares, sumándose a sus deudas preexistentes.
Durante esta última, se acordó convocar un referéndum para decidir si Yemen debía ser una república o una monarquía.
Por su parte, el rey Faisal tampoco deseaba continuar la guerra, pues no quería seguir perjudicando a un Estado árabe que había sido derrotado por Israel.
Ante esta situación, Nasser ayudó en un golpe de Estado para deponerlo, y se designó a Abdulrahman al-Iryani como nuevo presidente.
[1] Abdulrahman al-Iryani, experto en sharia, había sido cadí en tiempos del Reino Mutawakkilita.
Por su parte, los suníes destacaban especialmente en ciertos ámbitos como el comercio, la artesanía y las profesiones tradicionales.
[1] Tal vez por influencia cultural hindú, en la sociedad yemení existían castas de rango inferior, como los muyazzin (barberos, carniceros, zapateros, etc.) y los ajdams, la población negra que venía de Etiopía.