La guerra comenzó con un golpe de Estado llevado a cabo por el líder republicano, Abdulá al-Sallal, que destronó al recién coronado imán Muhammad al-Badr y proclamó la república de Yemen bajo su presidencia.El presidente egipcio, Gamal Abdel Nasser, en apoyo de los republicanos, envió hasta 70 000 soldados.En 1970, el rey Faisal de Arabia Saudí reconoce la república y fue firmada una tregua.Ahmad salió entonces del palacio, con una máscara de diablo y blandiendo una larga cimitarra, aterrorizando a los sitiadores.Estallaron las luchas entre los jefes tribales, y al-Badr intentó sin éxito comprar a los disidentes prometiéndoles "reformas",[14] entre ellas el nombramiento de un consejo representativo, más paga para el ejército y ascensos.Una rápida victoria decisiva en Yemen podría ayudarle a recuperar el liderazgo del mundo árabe.Heikal argumentó que la revolución de Sallal no podría absorber el enorme número de personal egipcio que llegaría a Yemen para apuntalar su régimen, y que sería prudente considerar el envío de voluntarios nacionalistas árabes de todo Oriente Próximo para luchar junto a las fuerzas republicanas yemeníes, sugiriendo la guerra civil española como modelo a partir del cual dirigir los acontecimientos en Yemen.Su complot se fusionó con una tercera conspiración impulsada por la confederación tribal hachí en venganza por la ejecución por Ahmad de su jeque supremo y su hijo.Un cuarto complot fue urdido por varios príncipes jóvenes que pretendían deshacerse de al-Badr, pero no del imamato.[16] Un día antes del golpe, Wahad, que afirmaba tener información del servicio de inteligencia egipcio, advirtió a al-Badr de que Sallal y otros quince oficiales, entre ellos Moghny, planeaban una revolución.La noche del 25 de septiembre, Sallal reunió a conocidos líderes del movimiento nacionalista yemení y a otros oficiales que habían simpatizado o participado en las protestas militares de 1955.El mando y control de las fuerzas leales al golpe tendría lugar en la Academia Militar.Una unidad de oficiales revolucionarios acompañados por tanques se dirigió hacia el palacio Al-Bashaer.La armería fue quizás el objetivo más fácil, ya que bastó una orden escrita de Sallal para abrir el almacén, derrotar a los monárquicos y conseguir fusiles, artillería y munición para los revolucionarios.Debido al toque de queda, tuvieron que evitar las calles principales.[2] Sallal reunió a miembros de la tribu en San'a y proclamó: "La monarquía corrupta que gobernó durante mil años fue una desgracia para la nación árabe y para toda la humanidad.Cualquiera que intente restaurarla es un enemigo de Dios y del hombre![20] El general egipcio Ali Abdul Hameed fue enviado en avión y llegó el 29 de septiembre para evaluar la situación y las necesidades del Consejo del Mando Revolucionario Yemení.[2] La URSS fue la primera nación en reconocer la nueva república, y Nikita Jruschov envió un cable a Sallal: "Cualquier acto de agresión contra Yemen se considerará un acto de agresión contra la Unión Soviética".Los saudíes argumentaron que Nasser quería sus campos petrolíferos y esperaba utilizar Yemen como trampolín para una revuelta en el resto de la península arábiga.[28] Gran Bretaña, con su compromiso con Arabia del Sur y su base en Adén, consideraba la invasión egipcia una amenaza real.Por otra parte, en el Ministerio de Asuntos Exteriores británico había quien creía que Gran Bretaña podría comprar seguridad para Adén reconociendo a la república.[Irán, Turquía y la mayor parte de Europa occidental también se negaron a reconocerla.[29] Una semana después del reconocimiento estadounidense, Sallal se jactó en un desfile militar de que la república tenía cohetes que podían alcanzar "los palacios de Arabia Saudí",[30] y a principios de enero los egipcios volvieron a bombardear y ametrallar Najran, ciudad saudí cercana a la frontera yemení.EEUU respondió con otra demostración aérea sobre Jeddah y un destructor se unió el 15 de enero.[30] Además, Ralph Bunche fue enviado a Yemen, donde se reunió con Sallal y el mariscal de campo egipcio Abdel Hakim Amer.
Hombre de una tribu yemení retenido como rehén por las fuerzas de al-Badr.