Su nacimiento viene dado por la reacción frente al centralismo impuesto del sistema liberal, unido a los movimientos románticos que defendían la identidad de los pueblos y la corriente federalista muy difundida durante la I República.Estos movimientos tuvieron un fuerte arraigo en regiones periféricas como Cataluña y País Vasco, si bien en Andalucía careció de un apoyo popular generalizado desde su nacimiento.La corriente se centró en el estudio del folklore y las raíces culturales de Andalucía.Se trata de un episodio histórico oscuro cuya veracidad genera controversia.Entre 1873 y 1874 se produjeron dos hechos fundamentales, la proclamación de la I República y su abolición tras el pronunciamiento del general Arsenio Martínez Campos, produciéndose una vuelta a posturas conservadoras dentro del período de la Restauración Borbónica.Cada una de las diferentes repúblicas que se confederarían en España deberían tener su propia constitución.Con la Revolución Gloriosa (1868) se abre el período del Sexenio Democrático, bajo el que empiezan a desarrollarse una serie de estudios e investigaciones encabezados por intelectuales andaluces -ante todo folcloristas- entre los que destacan Mario Méndez Bejarano, Antonio Machado Núñez, su hijo Antonio Machado Álvarez, e Isidro de las Cagigas.También fue importante la figura de Joaquín Guichot, que bajo este clima, publicó la primera historia general de Andalucía, dando gran importancia al período islámico, algo que sería característico del posterior andalucismo histórico.[5] En 1873 se proclama la I República bajo la que se elaboró un proyecto de Constitución que definía a España como una República Federal, integrada por diecisiete estados con poder legislativo, ejecutivo y judicial.El artículo primero de dicho proyecto proclamaba: Sin embargo, este proyecto constitucional nunca llegó a promulgarse, al caer el gobierno de Pi y Margall.Al escaso respaldo popular (solo la débil prensa andalucista promovió la autonomía) se unió la suspicacia del resto de provincias contra un supuesto neocentralismo.Solo dos fuerzas marginales como los andalucistas y los federales consideraron este anteproyecto claramente insuficiente.[6] Con la llegada de las derechas al poder en España, el proyecto quedó congelado y nada volvió a hacerse hasta después del triunfo del Frente Popular en febrero de 1936.La sublevación militar que se produjo poco después y dio origen a la Guerra Civil hizo morir el proceso.Las razones esgrimidas por el partido socialista eran dos: Por un lado, Marruecos había ocupado en 1975 el Sahara Español, se temía que Ceuta y Melilla serían atacadas próximamente por ese mismo país.[9] Finalmente Ceuta y Melilla fueron excluidas del nuevo marco autonómico andaluz.Inicialmente, Andalucía intentó acceder a la autonomía por la «vía rápida» del artículo 151 de la Constitución española.Los conflictos en el campo andaluz comienzan a sucederse desde 1976, primero con huelgas, manifestaciones, encierros y ocupaciones simbólicas.El referéndum fue votado positivamente por el 87,45%, frente 9,48% que lo reprobó; no obstante, contó una participación muy escueta, situada en torno al 36,28% del censo y con una abstención del 63,72%, lo que constituye la abstención plebiscitaria más grande llevada a cabo en Andalucía.
Bandera de Andalucía.
Modelo diseñado por los dirigentes granadinos de
UCD
durante el proceso de constitución de la Comunidad.