Fue fundado por Louis Antoine de Bougainville (de quién tomó nombre el primer asentamiento) en 1764 como el primer establecimiento estable en las islas, pero en 1767 (tres años después) fue transferido a España y rebautizado como Puerto Soledad.
El nombre en francés fue dado en homenaje al rey Luis XV de Francia.
Bougainville le propuso crear un asentamiento en las islas Malvinas que serviría como puerto de abastecimiento para viajes alrededor del mundo.
[6] Dentro del obelisco, Luis Vernet años más tarde, halló una medalla dejada por los franceses que se conserva en el Museo Mitre en Buenos Aires.
También creía que en las tierras de la isla se podrían cultivar trigo y vegetales.
La Corona española se enteró del asentamiento y no lo toleró, transformando el asunto en una cuestión de estado.
Choiseul se reunió con el embajador español ante la Corona francesa y explicó que la misión de la colonia era solo impedir un establecimiento inglés y no ocuparlas, ya que reconocían la soberanía española.
Aunque Choiseul intentó retener Port Saint Louis para la Corona francesa reforzando las provisiones y armamentos e incorporando nuevos habitantes, terminó aceptando la administración española.
España gobernó Puerto Soledad a través de su administración colonial en Buenos Aires.
[10] Puerto Soledad tenía 103 habitantes en 1781: el gobernador, 2 sacerdotes, un funcionario del Tesoro, 3 oficiales, un cirujano, 50 soldados, 43 convictos, un albañil y un panadero.
Barcos con suministros llegaban de Montevideo a Puerto Soledad todos los veranos.
[10][11] Una fuente indispensable de subsistencia para la pequeña colonia, así como por los numerosos cazadores de focas estadounidenses que operan en las islas e ingleses, fue el ganado salvaje introducido por los franceses en 1764, con más ganado traído más tarde desde Montevideo por los españoles.
[16] Durante los siguientes 17 años el asentamiento, mientras era frecuentado por cazadores de focas, había permanecido prácticamente abandonado.
Con muchos de sus hombres enfermos, Jewett buscó la ayuda del explorador antártico británico James Weddell para realizar un nuevo viaje.
Jewett advirtió a las naves británicas y estadounidenses presentes que no tenían autorización para cazar focas en el área, tras lo cual volvió a Buenos Aires; en general los foqueros ignoraron su advertencia, persistiendo en la ilegalidad de sus actos.
Los colonos llegaron a Puerto Soledad en febrero de 1824, sin embargo, el material del que disponían y el entrenamiento de los peones resultaron inadecuados, y la expedición decidió regresar en agosto.
Se realizó un nuevo intento dos años más tarde, esta vez exitoso, formando un próspero asentamiento permanente bajo la dirección de Vernet, llamado Puerto Luis.
Llevó además personal de servicio y peones en el que los rioplatenses (afroamericanos, gauchos e indígenas) eran mayoría.
[26] Según el informe del Lexington, las condiciones en las islas en ese momento eran bastante miserables.
Aunque quedaron algunos habitantes (en su mayoría europeos y gauchos llevados por Vernet) en el lugar.
[29] En abril de ese año, Charles Darwin visitó las islas en el HMS Beagle.
[31] Robert Fitz Roy, quien se encontraba en la isla HMS Beagle, ve la situación y abandona las islas.
Lo secundaban otros dos gauchos: Juan Brasido, y José María Luna; más 5 indios charrúas acriollados: Luciano Flores, Manuel Godoy, Felipe Salazar, Manuel González y Pascual Latorre.
Fueron muertos el administrador del archipiélago William Dickson, Matthew Brisbane, Juan Simon, y otros dos colonos: Ventura Pasos y el alemán Antonio Vehingar, ninguno de los cuales logró alcanzar sus armas antes de que se le diera muerte.
Según la historiografía argentina, impidieron el izado de la bandera británica durante los siguientes cinco meses, izando en su lugar una azul y blanca.
Nombró que la casa principal estaba habitada por el Teniente y se encontraba rodeado por unas chozas miserables con paredes blancas, que se parecían a una estación preventiva en la costa de Northumberland.