Primera Ofensiva de Jassy-Kishinev

La ofensiva fue en realidad una invasión coordinada de Rumania dirigida por el 2.º Frente Ucraniano y el 3.º Frente Ucraniano del Ejército Rojo, en conformidad con la estrategia de Iósif Stalin para proyectar el poderío militar soviético y su influencia política en los Balcanes.

Sin embargo, las fuerzas soviéticas no lograron superar las defensas alemanas en la región y la operación ofensiva falló en última instancia,[7]​ enfrentada ante tropas de la Wehrmacht situadas en una posición defensiva muy idónea.

El mal clima y la dificultad para movilizar los tanques causaron que el Ejército Rojo lanzara ataques locales sin mayor éxito, mientras que las fuerzas de la Wehrmacht y los contingentes rumanos, dotados de mayor movilidad que les permitía maniobrar con más destreza, detuvieron los ataques soviéticos mediante una serie de pequeños contraaataques en la segunda batalla de Târgu Frumos.

Esta operación quedó como una «batalla olvidada» casi completamente ausente en los documentos de los archivos soviéticos y la historiografía.

Aun así, el fracaso de este ataque (aunque silenciado por la propaganda soviética durante décadas) sirvió para que los altos jefes del OKH sospecharan que los soviéticos repetirían una ofensiva contra alguna fuerza del Grupo de Ejércitos Sur, ayudando así que durante las semanas previas a la Operación Bagration se debilitasen las tropas alemanas de Bielorrusia pertenecientes al Grupo de Ejércitos Centro para reforzar las defensas germanas en el norte de Ucrania, esperando un ataque gigantesco que no ocurrió en dicho punto.