Presidente del Gobierno de las Islas Baleares

La creación de las diputaciones provinciales debe encuadrarse en el desarrollo del estado liberal decimonónico, centralizado y uniforme.[2]​ En este sentido, es reseñable que mientras en zonas con identidad propia la división provincial supuso una fragmentación del territorio —Cataluña y Galicia quedaron divididas en cuatro provincias, los reinos de Valencia y de Aragón en tres provincias, etc.— en el caso balear implicó un doble centralismo, pues se concentraron todos los poderes en Mallorca y desaparecieron las tradicionales delegaciones que había habido, prácticamente desde la Edad Media, en las islas de Menorca e Ibiza.La diputación continuó exitiendo hasta 1979, año en que todas su competencias fueron transmitidas a los consejos insulares, aunque jurídicamente no sería disuelta de manera definitiva hasta la formación del primer Gobierno balear en 1983.El primero, Jeroni Albertí, dimitió en 1982 para centrar sus esfuerzos en la creación de un partido regionalista y ideología centrista, la futura Unió Mallorquina (UM).[8]​ Además, el presidente puede crear normas con la categoría de ley, siempre que el Parlamento delegue esta potestad en el poder ejecutivo.También puede convocar nuevas elecciones al Parlamento mediante un decreto, en el que además se fija la fecha de las mismas.[n.[11]​ En 2025 se habían celebrado tres conferencias; la primera en 2007, presidida por Jaume Matas, la segunda en 2009, con Francesc Antich en el Consulado del Mar, y una tercera en 2012, convocada por José Ramón Bauzá.Si es rechazada, deberá presentar su dimisión, por lo que los presidentes solo las plantean cuando su partido posee la mayoría absoluta o cuenta con el apoyo de varios grupos parlamentarios.Si fuese aprobada, el presidente dimitirá y el postulante presentado será nombrado por el rey, mientras que si la moción fuese rechazada, sus firmantes no podrían volver a plantear otra moción durante el resto de la legislatura.[16]​ El régimen jurídico del presidente balear, así como el sistema de su elección y demás atribuciones se rigen por una ley, aprobada por el parlamento mediante mayoría absoluta en el año 2001.[n.Un candidato a la presidencia de las Islas Baleares debe ser ciudadano español, residente en el archipiélago y estar inscrito en su censo electoral.Es por ello por lo que Gabriel Cañellas gobernó durante tres legislaturas consecutivas y fue elegido para una cuarta.[13]​[17]​ Generalmente esto no ha supuesto un problema, ya que en el momento de acceder a la presidencia los candidatos han abandonado sus cargos.Paralelamente, cabe reseñar que varios presidentes renunciaron a algún puesto meses antes de ser elegidos.[21]​ Ningún artículo del Estatuto o ley autonómica exige que los diputados voten de acuerdo con el voto popular en su respectiva circunscripción, sin embargo es raro que los diputados hagan caso omiso del voto popular y emitan su voto a favor de alguien que no sea el candidato de su partido, a menos que durante las tres semanas previas a la constitución de la cámara legislativa los partidos lleguen a acuerdos postelectorales.El proceso se repetirá hasta que los diputados lleguen a un consenso; si sesenta días después de la primera votación de investidura todavía no se hubiera elegido un presidente deberían convocarse nuevamente elecciones.[28]​ La presidencia concluye cuando se completa el periodo de cuatro años iniciado tras la elecciones autonómicas y el mandato no es renovado mediante el sufragio, aunque cabe la posibilidad de que quede vacante a priori por varias circunstancias; destitución, dimisión o incapacidad.[13]​ El tercer caso se da cuando los tribunales inhabiliten al presidente para el ejercicio del cargo.Hasta la fecha ningún presidente ha sido destituido por alguno de estos motivos, todos abandonaron el cargo al finalizar su mandato salvo Cañellas y Soler, que presentaron su dimisión.[30]​ Su sucesor haría lo propio diez meses después, cuando a raíz de su actitud centrista, su política lingüística y otros aspectos de su gestión que no coincidían con los intereses del partido, todavía en manos del sector cañellista, presentó su dimisión.La renuncia de Soler no fue una decisión meramente personal; el sector solerista era minoritario en el PP balear, dirigido por el cañellismo y el vergerismo.Dicha incapacidad puede estar motivada por una indisposición física o psíquica permanente que lo imposibilite para el cargo.[n.La línea sucesoria presidencial continúa con el diputado autonómico de mayor antigüedad, seguido a su vez por cada consejero balear en un orden establecido, primando los criterios de antigüedad y edad, siempre y cuando reúnan los requisitos determinados para ser presidente.[36]​ A diferencia de lo que ocurre en otras comunidades autónomas como Cataluña, Extremadura o Galicia, el presidente balear no recibe ninguna pensión ni privilegio más allá del tratamiento vitalicio de «Molt Honorable Senyor».[40]​ Todos los hasta el momento presidentes de las Islas Baleares nacieron a lo largo del siglo XX.Entre los nacimientos de Gabriel Cañellas (1941) y Marga Prohens (1982), los presidentes han nacido en todas las décadas excepto en una: en los años 60 del siglo XX.Hasta ahora no ha nacido ningún presidente en las islas de Menorca,[n. 14]​ Ibiza o Formentera.Las siete personas que en el año 2025 han pasado por la Presidencia de las Islas Baleares cuentan con estudios universitarios.Los dos primeros presidentes de la autonomía, Gabriel Cañellas y Cristòfol Soler, cursaron dos carreras.[42]​ El caso de Matas fue distinto, ya que sus actuaciones se descubrieron tras abandonar el cargo.
Parlamento de las Islas Baleares en Palma de Mallorca, sede del poder legislativo.
Consulado del Mar , sede de la presidencia balear.
Francesc Antich y Francina Armengol durante la campaña de las elecciones de 2011.
Mapa de las Islas Baleares mostrando el número de diputados que corresponden a cada isla; se requieren treinta diputados para ser elegido presidente en la votación de investidura. [ 25 ]
Edificio Guillem Colom en el campus de la UIB .