Tráfico de influencias

El tráfico de influencias es una práctica ilegal, o al menos éticamente objetable, que consiste en utilizar la influencia personal a través de conexiones con personas que ejercen autoridad en ámbitos de gobierno o incluso empresariales, con el fin de obtener favores o trato preferencial para un tercero, normalmente a cambio de un pago en dinero o en especie.[1]​ Cabe señalar que la naturaleza ilegal del tráfico de influencias es relativa: la OECD ha utilizado a menudo la expresión «tráfico indebido de influencias» para referirse a actos ilegales o cuestionables de lobbying.[2]​ En España, el tráfico de influencias está penado y su enjuiciamiento y fallo depende del Tribunal con Jurado de la provincia en cuestión.El tráfico de influencias está penalizado en Argentina, Bélgica, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, Francia, Guatemala, Italia,[3]​[4]​ México,[5]​ Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, Rumania, Uruguay y Venezuela.